El Señor de la Querencia: Guiños y Transgresiones

El Señor de la Querencia: Guiños y Transgresiones

30 Julio 2008
No se trata de una ficción sobre el pasado, sino de una parábola llena de guiños a nuestro presente. Los Señores de la Querencia caminan a nuestro lado, lo mismo que las mujeres violentadas y las minorías.Por Gabriel Rodríguez
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Por Gabriel Rodríguez
Desde El Amaule

El señor de la Querencia sufre alucinaciones. Como algunos personajes de nuestra historia se cree el enviado de Dios para salvar a los habitantes de su pequeño reino. Solo ellos conocen el camino y mediante la fuerza imponen su autoridad. La salvación pasa por el castigo que redime, en la mejor teología estilo cura Hasbún. El patrón de fundo distribuye sus favores sexuales entre todas las mujeres que lo rodean, convencido que tiene derecho a hacer lo que le plazca, incluida la tortura de sus propios hijos. Niño castigado por su padre, repite el círculo vicioso de la violencia como sucede a diario en miles de hogares.
Sin embargo nada lo hace feliz. El dueño de la Querencia provoca lástima. En el fondo es una víctima del fantasma de su padre, también heredero de una larga tradición de barbarie y crueldad. Su látigo es el mismo de los conquistadores que violaban a las mujeres indígenas, robaban las tierras y convertían a los indios libres en “súbditos del rey”.
La ficción se sitúa a comienzos del siglo XX en un Chile dividido profundamente en clases sociales. Los inquilinos repetían generación tras generación su triste destino de pobres al servicio de los dueños de la tierra. Cualquier rebeldía era castigada a sangre y fuego. La clase dominante gozaba de una vida llena de privilegios con todas las posibilidades que otorga el dinero y el poder. El Estado era un instrumento al servicio de sus intereses. La democracia era restringida, solo podían votar quienes pagaban impuestos.
En ese Chile los dueños de fundo eran pequeños reyezuelos en sus enormes propiedades, cuyos abusos y crímenes solo el cine y la literatura han expresado en su real dramatismo.
Seguramente también hubo patrones buenos, respetuosos y solidarios. Eran la excepción. Como era excepcional que una mujer reconociera amar a otra mujer. O un joven se enamorara de una mujer mayor. O una esposa de patrón amara a un huacho sin apellido. O un pobre se volviera rico.
En esta perspectiva quienes rompen el guión aprendido generación tras generación son los transgresores, los desadaptados.
Era trasgresor y lo sigue siendo leer poemas, amar a una persona de otra clase social o de otra generación, sentir atracción por personas del mismo sexo.
El Señor de la Querencia expresa algunos conflictos que aún atraviesan nuestra emergente democracia.
De allí su éxito y su audiencia. No se trata de una ficción sobre el pasado, sino de una parábola llena de guiños a nuestro presente. Los señores de la Querencia caminan a nuestro lado, lo mismo que las mujeres violentadas, las minorías rechazadas y los pobres marginados.
Hemos avanzado, pero los fantasmas de la violencia, la intolerancia y la discriminación lamentablemente aún son parte de nuestra realidad. Ojala fueran solo producto de la imaginación desenfrenada de un guionista.
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Comentarios

Imagen de jose rap

el señor de la querencia es

el señor de la querencia es muy bueno es bkn esta muy bueno

Imagen de José Martínez Fernández

EL SEÑOR DE LA QUERENCIA ES

EL SEÑOR DE LA QUERENCIA ES MÁS MALO QUE EL JUEZ QUE ME TOCÓ A MÍ EN EL CASO DE LA DESTRUCCIÓN DE MILES DE LIBROS NUEVOS.

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