Luciano Cruz: un Revolucionario casi Olvidado

05 Agosto 2008
La historia oficial, aquella de los textos de estudio, a veces nombran a Luciano Cruz y a Miguel Enríquez, pero, en su visión conservadora, aparecen ambos como apologistas de la violencia sin objetivo. Por José Martínez Fernández
José Martínez F... >
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Antes del gobierno allendista y en su génesis existió en Chile un estudiante de Medicina de la Universidad de Concepción que era un revolucionario. Ese estudiante era hijo de un alto oficial del Ejército que se llamaba Pedro Mario Cruz y de quien no supe cuándo ni cómo murió.
Alguna vez alguien me dijo que fue enterrado como un militar y que murió durante la dictadura. No sé si será cierto lo primero. El apellido materno de Cruz era Aguayo. Era nieto de latifundistas, abuelos que adoraban al niño.
Ese niño, convertido en joven, se hizo militante de las JJCC. Fue un líder muy destacado en la enseñanza media de la ciudad penquista y en la Universidad fue presidente de la FEC. Integrado al MIR desde su surgimiento junto a jóvenes provenientes de la FJS como los hermanos Miguel y Edgardo Enríquez.
El MIR, según Luis Vitale, tuvo como fundadores no sólo a los tres citados y otros baluartes como el Dr. Sotomayor y el sociólogo Andrés Pascal Allende, sino que a figuras relevantes del sindicalismo como don Clotario Blest Riffo y al mismo Vitale junto al Dr. Sepúlveda, quien habría sido el primer jefe del movimiento.
En un encuentro del MIR se produjo una inclinación mayoritaria de apoyo a Luciano Cruz, para que ocupara la dirección; sin embargo otros se opusieron señalando que Enríquez debía ocuparla. Enríquez venía llegando de Cuba. Frente a la intensidad del debate, Cruz produjo la unión permitiendo la elección de Miguel.
Luego se hizo una votación universal de los más de 200 reunidos, en la que Luciano Cruz tuvo una votación casi total. Me parece que sacó a penas uno o dos votos menos del universo total de sufragios.
La votación hablaba a las claras de la adhesión que el joven líder concitaba entre las bases miristas. Cuando los trabajadores del campo marchaban lo hacían bajo el grito de "Luciano, Guevara, el pueblo se prepara".
Su importancia sería evocada años después, inmediatamente tras el Golpe de Estado, en un libro llamado "Proceso a una traición" del periodista Ricardo Boizard, alias Picotón, que en dicho texto justificó burdamente el golpe y contó la historia de los supuestos traidores de la FACH donde, me parece, nombró también a Alberto Bachelet.
Digo "su importancia sería evocada" porque en la carátula del libro figuraban cinco personajes: Fidel Castro, Salvador Allende, Luis Figueroa, Carlos Altamirano y LUCIANO CRUZ.
Otro hecho que habla de la trascendencia del líder es un texto de dos periodistas que escribieron "Miguel Enríquez, el rebelde de la burguesía". En ese libro hay un capítulo completo dedicado a Cruz. Allí el historiador Luis Vitale cuenta la historia que le habría narrado un importante miembro del gobierno de Castro.
Dice que estando el líder cubano junto a un grupo de personas se enteró de la muerte de Luciano Cruz. Castro, entre triste y ofuscado, lanzó su vaso con no sé que bebida o licor contra una pared y dijo: "Ha muerto mi hombre en Chile".
El gran líder murió a comienzos de agosto de 1971 (no recuerdo el día exacto). Aquella noticia la supe cuándo viajaba en un camión desde Arica a Santiago para ahorrarme las pocas monedas que tenía. Una radio señaló que Cruz había muerto asfixiado en un departamento de Santiago.
Cuando le dije quien era Luciano, me miró con cara de espanto. El hombre, un asalariado, me señaló que qué le importaba a él Luciano.
De allí en adelante la cosa se puso fea. El individuo me empezó a hacer imposible las horas. Y más allá provocó una discusión, que lo llevó a dejarme en plena carretera. No se las llevó "pelada". Le dije sus buenos garabatos y le llamé cobarde y desclasado. Sacó un fierro y me amenazó.
Quedé tirado en un lugar desconocido. Pampa, desierto. Caminé sin destino, hasta que horas después divisé un servicentro. Allí relaté mis problemas de abandono a trabajadores del lugar. Y me ubiqué: estaba cerca de Antofagasta. Yo tenía un tío en Chuqui.
Conversé con varios choferes. Uno de ellos iba hasta Calama y me llevó. Lamento no haber preguntado su nombre para agradecerle. De Calama me fui a Chuqui. La historia de mi salida del camión le causó entre risa y rabia a mi tío.
Al día siguiente me embarqué a Santiago. Y aunque desee llegar al funeral de Luciano Cruz eso ya no era posible. Alojado en una humilde residencial cercana a la Estación Mapocho pude contemplar las paredes de viejos edificios llenos de murales con el rostro de Luciano y su mano en alto con la leyenda que decía, me parece: "Hasta la victoria siempre".
El funeral de Luciano fue el más grande de esos años. Días después de su muerte se suicidó su compañera, una profesora universitaria cuyo nombre, ahora, no recuerdo.
Cuando llegué a Arica en uno de los folletos que editaba en aquel tiempo le hice un homenaje. Recuerdo claramente que el entonces importante dirigente regional del MIR local, Sergio Vásquez Osorio, me agradeció ese artículo.
Quise, por otra parte, hacer una denuncia, en ese mismo folleto, de la situación vivida con el chofer, pero mi amigo F.F., se opuso a ello.
Yo recuerdo esos años de luces y sombras, de inquietudes sociales enormes, de batallas duras, de justicias e injusticias; pero lo que más recuerdo es la figura de este joven que murió a los 27 años.
A su tumba, como a la de otros grandes hombres, en el Cementerio General, suelo ir de vez en cuando. Está sepultado a una cuadra de donde estarían los restos de Manuel Rodríguez.
Yo le recuerdo mucho y desde hace muchos años he tenido la intención de hacer una investigación más exhaustiva sobre Luciano Cruz Aguayo. Tenía varios documentos sobre él, pero en un allanamiento a mi propiedad en 1987, se perdieron. El proyecto era un libro.
Será tarea futura entrar en la vida de esta figura que merece ser rescatada; elevada al lugar que le corresponde.
Los trabajadores del campo y la ciudad de los convulsionados sesenta-setenta aún le debieran recordar.
En estos tiempos uno puede no estar de acuerdo con algunas acciones de Luciano Cruz, pero obvio es que él fue participante de un momento histórico importante.
Foto
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Comentarios

Imagen de Sabina Salinas Bravo

Una vez más, le felicito

Una vez más, le felicito Dn. José por una nueva y excelente nota, que hace que más personas nos vayamos interiorizando de detalles de la historia de "esos" tiempos y a la vez conociendo parte de la vida de algún personaje, que si bien para muchos, no es desconocido, sí lo es para una gran mayoría que permanecimos encerradas en nuestros trabajos y casas.

Concuerdo plenamente con los dos opinantes anteriores, breves, pero certeros en sus aportes.

Imagen de victor gana

Habrá justicia para

Habrá justicia para Luciano?

Su muerte en circunstancias tan extrañas y el posterior suicidio de su compañera da para pensar.

Circunstancias extrañas por que se supone que muere asfixiado por una estufa, pero su depto. estaba con ventanas abiertas y él con poca ropa.

Extraño por que en el SML no se le hizo autopsia alguna por ordenes de un GAP.

Extraño por que en ese tiempo, Luciano propiciaba una revolución más rápida y efectiva por la via armada, apartándose de la postura de Miguel, Pascal y los GAP que estaban más por la vía de Allende.

Después de su muerte, el MIR termina por ponerse a disposición del gobierne de Allende.

Le hicieron un funeral de héroe, pero me gustaría saber cuantos de los manilleros de su ataud tenían sus manos manchadas con la sangre del revolucionario.

Así como el tiempo permitió desmitificar y revisar los actos de Stalin, esperemos que el tiempo también permita conocer la verdad de la muerte de Luciano.

Imagen de Oscar González Mena

Excelente reportaje de

Excelente reportaje de Luciano Cruz Aguayo, quién no ha sido olvidado por los Miristas que mantienen y recuerdan su imagen y consecuencia en distintas partes del país y del mundo, fue sin duda el factor importante de la unidad de los revolucionarios de rojo y negro. La lucha de Luciano sigue vigente en estos tiempos cuando la violencia economica del neoliberalismo impuesta por la dictadura y excelentemente administrada por sus mejores alumnos que traicionando los principios que alguna vez tuvieron o sea la concertación , han mantenido como suculentos negocios, la salud, la educación y traidoramente se silencia ante el robo permitido por las leyes de los yacimientos de cobre y litio en poder de empresas privadas cuya utilidad para al país es insignificante, con miles de hectareas laceradas como los rios contaminados ha significado que aparezcan otros Lucianos hombres y mujeres del campo y la ciudad que levantan nuevamnete su bandera de lucha.