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Creo que es tratarnos de tontos las declaraciones de renuncia de la señora Marcela a esta altura del partido

Si no hablo en su momento para no afectar la imagen del gobierno de la Excelentísima Sra. Presidenta de la República. Ya no tiene sentido hablar ahora en plena elección

Con toda la formación sobre atención de emergencias y catástrofes en Israel y en la Academia de Guerra del Ejército de Chile que dice tener la doctora, usar una alarma de tsunami para avisar que NO viene tsunami insólito

Imagínense que los bomberos activaran las alarmas para avisar que no hay incendio

No más autoridades chantas en Antofagasta

A la Señora González quisiera decirle que mis deducciones acerca del párrafo leído representan una opinión libre, de acuerdo a lo que he logrado documentarme del tema.

Pienso que en política nada se hace con ingenuidad. Es muy curioso que cuando resta un tiempo mínimo para los próximos comicios, la Señora Hernando divulge los motivos de su renuncia, algo que podría haber hecho en el mes de noviembre de 2007 como debió haber sido, de esa manera había mayor respeto hacia la región que no entendió nada acerca de su salida, sólo se nutrió de versiones difusas; meses después, la Señora Hernando realizó una especie de campaña de victimización y proselitismo sutil, auqello quedó demostrado en una disertación que hizo en mi Universidad, en donde, se suponía, debía hablar de democracia, pero termino hablando de sus salidas a poblaciones, del rol del intendente y de porque éste "muchas veces era tan cuestionado". Todos nos dimos cuenta de ese proselitismo sutil. Me pregunto porque no disertó un personaje más objetivo.

Lo segundo, si ella pensó que estaba siendo obviada en la toma de decisiones, tendría que haberse pronunciado inmediatamente defendiendo su autoridad y los intereses de nuestra región, pero no renunciar, esa es una salida muy fácil y poco valiente, denota debilidad; en contraste, ella decidió irse por sus propia conveniencia, primero, para martirizarse, y segundo para iniciar una campaña política cuyo horizonte no es más que alternarse en un cargo y otro, algo que muchos repudiamos, la creciente eternización en los cargos, estamos aburridos de lo mismo de siempre.

Además, fue muy torpe de su parte "tranquilizar a la población" utilizando la alarma de tsunami, creo que sólo lo hizo por adquirir protagonismo. Como profesional, tendría que haberse percatado que la ciudad estaba adiestrada a evacuar en caso de activación de aquel ruido, por lo tanto, sólo sembró pánico y se pensó lo peor. Me tocó vivirlo.

Espero que en la próxima elección eligamos a personas serias y no a los mismos de siempre, que pasan de un cargo a otro, ojalá no premiemos sus cualidades estéticas y su ineficacia

MAS QUE CLARO...............LAS MALAS INTECIONES

ESTAN SIEMPRE PRESENTE...SOBRE TODO AHORA

QUE SE AVECINAN LAS ELECCIONES,DONDE UD ES PROTAGONISTA!!!!!CONFIO EN UD SRA MARCELA PORQUE TIENE VASTA EXPERIENCIA EN VARIAS MA-TERIAS,Y MAS AUN HONESTIDAD A TODA PRUEBA.

MUCHA FE QUE SOMOS MUCHOS LOS QUE ESTAMOS DETRAS DE UD APOYANDOLA.

Creo que lo más aconsejable hubiese sido clarificar los motivos de la renuncia en el momento que los acontecimientos estaban sucediendo, pero no cuando restan alrededor de 30 días para la próxima elección.

Algo similar ocurre con el Ex Presidente Lagos, quien comienza a figurar y pedir "excusas sinceras" una vez que se ha desatado la hecatombe del Transantiago, cuando falta poquísimo para las próximas elecciones.

Creo que en la gestión pública se deben afrontar las desaveniencias del mejor modo posible, y la modestia es un ingrediente indispensable en los cargos públicos.

Del relato de la doctora Hernando, llego a la conclusión que es inadmisible que una autoridad ponga a disposición su cargo por orgullo personal, de ser así, todos los presidentes debieran renunciar cuando algo no les parece; no obstante, lo que veo, es que todas las autoridades siguen en sus cargos, tratando de remediar ciertos desaires, buscando el consenso y demostrando su verdadero liderazgo, altura de miras y cordialidad.

Alberto Torres