Ejecutan plan de conservación de milenaria aldea de San Pedro de Atacama

Las advertencias han sido reiterativas. Tulor, la aldea milenaria ubicada en San Pedro de Atacama está amenazada por efecto del viento y la arena que erosiona sus frágiles paredes de adobe. El diagnóstico es que se desgastan al menos dos centímetros al año, cifra que presagia una posible destrucción, que alarmó a los arqueólogos y que trajo como consecuencia la búsqueda de financiamiento para conservarla.
Fueron más de tres años en que la Corporación Nacional Forestal (Conaf), que administra el sitio junto a la comunidad atacameña de Coyo, buscó respaldo financiero para concretar un plan de conservación, el cual finalmente fue aprobado por el Consejo Regional (Core) con una inversión de $ 73 millones, provenientes del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) que considera una serie iniciativas.
Tulor es un complejo de 22 edificaciones circulares conectadas entre sí, uno de los más antiguos rastreados en Chile del período neolítico (entre el año 800 AC al 500 DC), siendo de suma importancia para la comunidad atacameña. Es el primer registro histórico de un asentamiento humano en la zona, lo que demuestra que dejaron de ser nómades para establecerse en Atacama, es decir, en la aldea vivieron los primeros atacameños o likan antay, como se denominan en Kunza, su lengua.
10 mil visitantes
Es por esta razón que la inclusión de la comunidad es clave para el desarrollo de la iniciativa, afirma Ivonne Valenzuela, jefa del Departamento de Áreas Protegidas y Medio Ambiente de Conaf II región, quien detalla que el plan establece seis etapas: recopilación y sistematización de antecedentes y estudios arqueológicos, diagnóstico del estado de conservación y plan de intervención, taller de discusión y validación de la propuesta metodológica a aplicar, la ejecución de la misma, la capacitación de la comunidad en la metología de restauración y conservación y la difusión a través de folletería y pendones informativos de lo que se realizó para entregárselos a turistas.
El proyecto lo ejecuta la Universidad de Antofagasta, Asistencia Técnica S.A. (Uatsa), a cargo del historiador Eduardo Muñoz, quien junto a otros académicos, propone aplicar una capa impermeabilizante en los muros visibles para evitar la erosión y cubrir definitivamente con arena aquellos que estén en peligro de derrumbe, lo que anularía en parte el efecto de los agentes naturales a los que se ve presionada la aldea, que en 2005 fue declarada como uno de los 100 sitios arqueológicos más amenazados del mundo por el programa World Monuments Watch (WMW).
Al lugar al año llegan cerca de 10 mil visitantes, principalmente extranjeros, que tras un convenio de asociatividad, que firmó Conaf con Coyo, son controlados. Luis Rodríguez, presidente de la comunidad, cuenta que durante el día hay tres guardaparques permanentes que vigilan el sitio y que permiten sólo el paso por senderos ya establecidos, sin que exista registro de daños a causa de su presencia. Conaf y la comunidad de Coyo administran el sitio desde 1998, luego que la aldea fuera declarada como parte de uno de los sectores de reserva nacional Los Flamencos.
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