Queen+Paul Rodgers y el retorno de la Reina

Hagamos un poco de historia, más de 20 discos grabados en estudio, cinco discos en vivo, ocho recopilatorios, además de una extensa videografía, documentales y giras por todo el mundo. Queen, la banda británica nacida en los años 70, avalada como una de las bandas más grandes de toda la historia del rock, la cual ha vendido más de 300 millones de discos.
Hoy “La Reina” vuelve a las pistas de la música, pese a la muerte de su carismático cantante, Freddie Mercury, Farrokh Bulsara para ser más exacto, porque Freddie nunca se llamo así sino Farrokh, y por qué tomar la desición de cambiar su nombre.
La elección de ese nombre se debió a que sus amigos y profesores en Zanzibar le decían Freddie, incluso en su familia. Mercury vino de la canción "My Fairy King" en la parte : -Mother Mercury look what they\'ve done to me-, ya que una tarde salió a flote el comentario que ella era su madre, y, por lo tanto, debía de llamarse igual. Este comentario provocó la risa del resto de los integrantes, pero Bulsara sin importarle los comentarios, se salió con la suya y cambió su nombre a Mercury. Una nueva estrella nacía, una estrella que brillaría mucho más que cualquier otra. Pero la realidad de su nombre era otra, se debía al dios Mercurio (Mensajero de los dioses) por lo que adoptó este apellido.
Cuando oí que Queen había sacado un disco mis dudas fueron existenciales ¿Queen ha sacado un disco? ¿No será un recopilatorio o algo así? Pues no, para nada. Es un álbum con 14 canciones completamente nuevas, realizadas por el 50% activo de Queen, (May-Taylor), y el ex cantante de Free o Bad Company, Paul Rodgers. De hecho, el grupo se llama Queen+Paul Rodgers, -muy original de su parte- siendo éste uno de los motivos de controversia más acentuados entre los más puristas defensores del estilo Queen clásico. Los que consideran que está bien que el grupo siga incluyendo la marca Queen dicen que tanto May como Taylor son poseedores de los derechos del nombre y de las canciones del grupo, con el permiso de John Deacon (del que también se añora su bajo y su discreta presencia) y que no tienen necesidad ni obligación de cambiarlo. La otra parte, los que consideran que Queen dejó de existir como grupo en 1991 dicen que es poco menos que una ofensa que sigan utilizando el nombre original del grupo y que no tiene nada que ver con lo que hacían antes. Por lo visto hay muchos más partidarios de esta segunda opción. Y es que claro el sonido envolvente y la presencia de los músicos es no menor, pero sin desmerecer a Paul Rodgers, Freddie, como bien lo decía su apellido era un Dios, relegando a Paul Rodgers a un simple mortal.
Dicho esto, quiero añadir que el nombre del grupo nos indica a las claras que es una suma de las dos partes, no que Brian May y Roger Taylor hayan buscado otro cantante para sustituir a Mercury. El disco sorprende, pues lo que te encuentras no es exclusivamente el sonido de la Reina, al que estamos acostumbrados, sino también al sonido Paul Rodgers, más típicamente blusero, como hacía en sus dos grupos anteriores. Por cierto, Paul Rodgers es el antecesor de un sonido británico que pegaría fuerte en la isla Europea, Rodgers mezclaba el blues con el Rock, juntando toda la serenidad del estilo blusero con la potencia y mística del rock británico.
Es verdad que no mejora ningún álbum del Queen original, pero también hay que ser sincero puesto que Freddie en solitario no tuvo a lo largo, tanto éxito como con su banda. Sin embargo, llega a ser irónico que pese a que la carrera de Freddie en solitario no tuvo mucho éxito, la carrera en conjunto de Queen y el gran éxito de la banda se debió a la voz desgarradora y mágica de su vocalista. Por tanto conviene valorar a todos en su justa medida. Sin lugar a dudas, el hecho de que Mercury haya alcanzado el nivel de mito, ha perjudicado a sus compañeros que quedan en activo en la tierra, en cuanto a su valoración como músicos, estás dificultades acrecientan la simpatía por Mercury y opacan a sus ex compañeros, para el público oyente de la Reina es difícil aceptar a un cantante como Rodgers y más aún, que el nombre de Queen sea utilizado sin Freddie.
En lo referente al disco en sí, lo considero uno de los mejores discos de los últimos años. Ni más ni menos. Rodgers adquiere protagonismo pues son temas nunca cantados por Freddie, con lo que se puede quitar este estigma que tanto duele a los puristas. Por supuesto que se añora al genio de Zanzíbar, su chorro de voz, sus arreglos y su personalidad arrolladora. Eso es indiscutible.
Tiene temas verdaderamente potentes. El hard en toda su extensión se hace patente en el tema que abre el cd, “cosmos rockin’”, como también en “still burning”, con un guiño a “we will rock you”, “surf’s up... school’s out”, “warboys” o en el single “C-lebrity”, una crítica a todos los famosos de vía rápida, que lo son porque su cara salga en la tele, sin nada de talento que mostrar. Un argumento parecido a éste ya lo propusieron en su musical “we will rock you”.
Las baladas del disco están representadas por la estupenda balada country “small”, que incluso tiene un reprise al final del disco. Es una canción muy sentida. No le encuentro mucha comparación con las clásicas de la banda. Si acaso tirando hacia el estilo “spread your wings”. Otro baladón cantado por los tres es “say it’s not true”, publicada hace un año como homenaje a Mandela, muy en la onda de Roger.”Through the night” es de un estilo setentero, para dejarse llevar y perder el conocimiento en la armonía musical. La cuarta, y que me pone el vello de punta, es “some things that glitter”. Aquí pueden notarse reminiscencias de los beatles. Eso sí, siempre que suenan notas de la guitarra de Brian nos volvemos a situar en qué es lo que estamos escuchando.
El blues surge en la estupenda “Voodoo”. Con un sonido más a lo Paul Rodgers, y relativamente alejado de Queen.,
“We believe” es la canción himno que siempre está en todos los discos de la Reina desde “Sheer Heart Attack”. Muy buena.
“Call me” es la canción divertida del disco. Divertida y pegadiza. El equivalente a “Delilah” en Innuendo, salvando las distancias, por supuesto.
En definitiva, el disco desprende aroma a Queen por todas partes, en unas canciones más que otras, pero la Red Special de May y los ritmos de Taylor nos hacen disfrutar de momentos pasados en canciones actuales. Igualmente se puede decir de los arreglos corales tan típicamente Mercurianos como en “Still Burnin’” y “We believe”.
Pero este disco no suena solamente a la Reina, sino que tiene el propio sello de Paul Rodgers, que sabe imponer su estilo en bastantes canciones. Por tanto estamos ante un disco que es la adición de tres grandes talentos y dos estilos musicales.
El disco necesita más de una primera escucha, para ir asimilando los cambios, pero acaba convenciéndote.
Ya sabemos que un álbum así gustará a los fans de Queen –no a todos- y los rockeros y amantes de las grandes bandas clásicas de toda la vida, pero no a los seguidores de grupos de laboratorio o productos teledirigidos y publicitados.
Foto
________________________________________________
"Las opiniones vertidas en los comentarios son de exclusiva responsabilidad de los ciudadanos que las emiten y no representan necesariamente a El Nortero, medio que sólo actúa como plataforma de expresión democrática. Más detalles en Normas de Uso para Comentarios"