Con Atractivos no explorados buscan potenciar San Pedro de Atacama

09 Febrero 2009
A través de un modelo de gestión se pretende dirigir la actividad turística del poblado atacameño para atraer a turistas que destinen más tiempo y dinero en destinos específicos, y ya no tan masivos. Por Roberto Álvarez
Roberto Álvarez >
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Caracoles es la calle principal de San Pedro de Atacama. En sus casas, que se conservan de adobe, con pequeñas ventanas casi a ras de suelo y puertas de madera de cactus, se negocia parte importante de la actividad turística del poblado atacameño. A raíz del auge que experimentó el pueblo en los \'90, estos inmuebles dejaron de ser ocupados por sus descendientes y hoy los utilizan más de 20 operadores turísticos.
Algunos con representación en Santiago, La Paz y otros de carácter local ofrecen lo mismo: Valle de la Luna o Moon Valley (en su significado en inglés), géiseres El Tatio, lagunas altiplánicas, Aldea de Tulor, Toconao y salar de Atacama, que se resume en la visita a la laguna Chaxa, donde se alimentan flamencos y a algún otro sector colindante. Sin embargo, el destino es mucho más que seis atractivos.
Sólo la reserva nacional Los Flamencos tiene siete sectores, tres de los cuales no son conocidos. En la comuna, además de San Pedro, hay otros 20 pueblos; y sin contar a Atacama, se encuentran siete salares. Se agregan las innumerables quebradas, ríos, volcanes, y llanuras que sorprenden con vegetación y animales únicos, que se entremezclan en el profundo contraste de cielo azulado y las tonalidades del desierto, paisajes a los cuales hoy se accede, pero sólo a través de un par de operadores y a un alto costo.
Para posicionar a San Pedro de Atacama como un destino que ofrece una variedad de alternativas, que cuenta con servicios de calidad y que dentro de la gama de posibilidades por conocer hay espacio para el turismo de intereses especiales, el Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) y la Agencia Regional de Desarrollo Productivo (ARDP) de la Región de Antofagasta elaborarán un modelo de gestión a largo plazo, que busca conseguir turistas que destinen más tiempo y más dinero en destinos específicos y ya no tan masivo.
Evaluación y resultados
Para lograrlo se requiere resolver los principales problemas de conectividad, infraestructura y servicios, que aún no están habilitados y que impiden atraer a estos turistas. Por ejemplo, entre Toconce y Caspana no hay conexión vial a raíz de que el puente que une a ambos poblados se cayó. Esta situación dificulta a los turistas que van al campo geotérmico conocer Toconce, Turi y Ayquina, lo que a su vez impide que dichas comunidades ofrezcan servicios, situación que podría revertirse.
Inconvenientes como este ya no serán abordados en forma unitaria por un servicio, sino que por medio de un directorio -conformado por servicios públicos, municipios, empresarios y la comunidad atacameña- que se encargará de entregar las líneas de acción para que se aborden problemas de este tipo en el modelo de gestión, el cual además estará a cargo de tres profesionales que serán contratados antes de marzo, y que se emplazarán en el mismo poblado.
Esta planificación no tiene por objeto impedir el turismo masivo, aquél que recorre en tours de 20 personas el Valle de la Luna o El Tatio, explica el director regional de Sernatur, Gustavo Herrera, sino que "posicionar a San Pedro como un atractivo de alto nivel, que no requiera de más turistas para mantenerse de la actividad, sino que mejoren los servicios y las alternativas para que quienes lleguen sean de un mercado más competitivo, más exigentes, y que como consecuencia, gasten más dinero".
Así se sustentará el poblado sin que necesariamente aumente significativamente la cantidad de turistas. San Pedro hoy es el tercer destino turístico internacional de Chile, después de Torres del Paine y la Isla de Pascua, con más de 100 mil turistas al año, lo que ya produce una sobrecarga en algunos sitios, como en la duna mayor del valle, que hace unos años bajó varios centímetros por efecto de las tablas de sandboard y del ascenso de visitantes.
La idea dice Herrera es evitar eso con un turismo más controlado y menos expansivo, que atraiga a visitantes que busquen convertir su viaje en una experiencia enriquecedora. Con el potencial de la zona se pueden realizar deportes extremos, mostrar bailes típicos, ascender volcanes e incluso reutilizar zonas hoy explotadas, como recorrer de noche las cuevas del Valle de la Luna, actividades que se hacen, pero a las cuales les falta apoyo gubernamental y empresarial.
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