El tiempo pasa raudamente y como canta la tonada “del brazo de la primavera viene llegando Septiembre”, con un cielo despejado y una suave brisa que servirá para que éste se cubra de variados colores con los tradicionales volantines cantando y bailando a Chile en el mes de la Patria, al son de nuestros principales géneros musicales, del centro, norte y sur del país.
Y entre tamboreos y huifas, con “arpa, guitarra y cantos” se escuchará y se bailará como de costumbre, nuestro baile nacional, la “Cueca Chilena”, reina y principal símbolo musical de nuestra tierra, junto a toda esa riqueza artística que caracteriza a nuestro folklore, y que incluye de norte a sur variados géneros musicales: el chapecao, la sirilla, la tonada, el Gato, la Jota, el Pequen, la Refalosa, la Sajuriana, el repicao, el vals, el Rin, la pericona, el trote, el cachimbo, incluyendo obviamente los tradicionales bailes de la tirana, y los bailes populares y representativos de la isla de Pascua como lo es el Sau Sau y aquellas temática infaltable de nuestros campos, como los son los corridos y las canciones rancheras.
“Septiembre” mes de la patria de un CHILE que se engalana para celebrar ya por poco, dos siglo de Independencia, un momento histórico que permitirá recordar una vez más a nuestros héroes, mediante desfiles militares que se realizan a lo largo del país, culminando el día 19 con la gran “Parada Militar” en la elipsis del "Parque O’Higgins” en Santiago, nuestra capital, en celebración del Día de las Glorias del Ejército.
“Con fondas y las ramadas que invitan a remoler con sendos vasos de chicha y guainas que bailan bien”, como canta la tonada, nos aprestaremos a celebrar un nuevo 18 de Septiembre, ocasión en que podremos saborear nuestras típicas y tradicionales comidas, comenzando con la infaltable chicha de uva o de manzana y del buen vino para acompañar esas exquisitas empanadas de horno, la cazuela de ave, los asados a la parrilla, al palo o al disco o el curanto en Chiloé. Y entre tragos y comidas, obviamente estará presente como ya se dijo, nuestro baile nacional, “LA CUECA CHILENA”, danza en donde se mezcla, el arte, la picardía y el cortejo del huaso campesino, del roto chileno, y de la china, vestida con sus coloridos trajes arrepollados, adornados con flores de copihues rojos y dejando entrever coquetamente su blanca enagua con disimulo.
Para los lectores extranjeros, hay que explicar que la CUECA, es un baile alegre, y mientras las cantoras, las guitarras, el arpa y al acordeón se hacen oír, se escucha el acompañamiento de las palmas, con huifas y tamboreo sobre la caja de la guitarra o del arpa. Mientras el huaso avanza hacia la joven que más le agrada y le ofrece el brazo, ella se levanta, acompañándolo en un breve paseo a lo largo del espacio destinado al baile.
Terminado el paseo se colocan frente a frente, pañuelo en mano, y empieza la Cueca animada por la concurrencia. Los pasos iniciales son muy medidos, tranquilos, vacilantes. Los pañuelos se mueven suavemente y surge entonces el giro insinuante en que el huaso persigue a la china que le huye, y empleando el pañuelo como si fuera un suave lazo, o una blanca paloma al viento, la rodea sin tocarla y la atrae obstinadamente a su lado. Ella se le acerca con elegancia y femenina picardía levantando ligeramente la falda con la mano izquierda, mientras que con la derecha mueve con gracia el pañuelo y huye nuevamente, el huaso comienza el zapateo y aparece entonces una competencia de habilidades consigo mismo hasta que llega la última vuelta y el abrazo y rodilla en tierra.
Cabe agregar respecto a nuestro baile nacional, que en Chile tenemos diferentes tipos de Cuecas; las más conocidas son: la cueca Nortina, la Criolla, la campesina, la cueca Valseada, la Cueca Larga, la Cueca Chilota, la cueca Robada y la cueca urbana, la cueca porteña y la Cueca chora o cueca brava, bailada por el común de la gente de pueblo.
Como admirador e intérprete del arpa, no puedo dejar de nombrar aunque sea brevemente a este bello instrumento, presente en la mayoría de los grupos musicales folklóricos que interpretan nuestra música chilena. Instrumento de 36 o 40 cuerdas, con una hermosa figura que se asemeja a un cisne, o a un brioso corcel de largos crines. El Arpa si duda le da a la cueca un toque de distinción muy especial, con arpegios y acordes que les son propios. Para su interpretación se sujeta la caja y se apoya sobre el hombro. Su delicada pulsación exige que cada cuerda sea tocada en forma suave con las uñas, las cuales deben ser medianamente largas y fuertes, mientras una mano toca las cuerdas agudas, la otra las graves. En su construcción se usan diversos tipos de maderas, según la zona, y según el gusto o talento del luthier, y de acuerdo a cada parte que compone este instrumento, pudiendo usarse maderas comunes como: caoba, alerce, lingue, cedro y pino Oregón o canadiense.
Sin duda deben ser cientos los intérpretes del Arpa en Chile, sin embargo solo por falta de conocimiento me permito a nombrar a algunos como: José Veliz, David Ogalde, Juan Carrasco, Fabiola Rodríguez, Fernando Lamilla, Pantaleón Cea, Rosendo Castillo, Patricio Guzmán, Octavio Alegría, Manuel Espinoza, Waldo Morgado, Guillermo Ríos, Fernando Lamilla , Eliecer Castillo, Osvaldo Martínez, Oscar Aguilera y tanto otros que sin duda con su aporte enriquecen nuestro folklore con un creativo y personal estilo
La fiesta dieciochera adquiere gran relevancia como fiesta nacional, más aún cuando se integran a este evento, los tradicionales juegos populares, muchos de ellos con linaje colonial, tales como el palo encebado, competencia que utiliza una vara de madera puesta en sentido vertical, con una longitud aproximada a los cinco metros de altura, que se unta con grasa o jabón para dificultar su ascenso, y en la punta se cuelgan premios (dinero, comida, etc.). Otros juego tradicional es el trompo, hecho de madera en forma de pera invertida, con una púa de fierro en la punta sobre la cual gira, en su superficie, desde el extremo contrario, se enrolla un cordel o lienza que sirve para arrojarlo y hacerlo bailar en el suelo.
No importa cuál juego se escoja, pero para que la celebración dieciochera sea completa no puede faltar, al menos, una de estas. También están el juego del emboque, la persecución del chancho, (cerdo) la rayuela, el tiro al blanco y obviamente los coloridos volantines
Para complementar las fiestas patrias no puede faltar nuestro imprescindible evento del “RODEO CHILENO”, las carreras a la chilena, la trilla a yegua, la domadura de potros, el movimiento en riendas, en fin, todos eventos campesinos en donde se muestra las destrezas o habilidades del huaso con su poncho Doñiguano.
En relación con el Rodeo, habría que señalar que es una actividad campestre con más de 400 años de tradición, sin embargo recién fue reconocido como deporte nacional en 1962, afiliado al Comité Olímpico de Chile.
Esta original actividad consiste en dos jinetes que siguen a un novillo dentro de un amplio sitio denominado “medialuna”, guiándolo en una especie de tenaza formada por las dos cabalgaduras; y al llegar a una zona llamada "atajada" los jinetes deben detener al novillo de acuerdo a una serie de exigencias técnicas
Aunque su desarrollo sigue siendo escaso en financiamiento, políticas de apoyo y promoción, el compromiso y entusiasmo de sus cultores y aficionados han hecho que la actividad haya evolucionado notablemente, tanto en su reglamentación como en el perfeccionamiento de la práctica y la organización de sus eventos.
Conocidos Rodeos son los que se realizan a lo largo de todo el país, afiliados a una Federación Nacional de Rodeos y Clubes de Huasos de Chile, en que se incluyen un sinnúmero de Asociaciones que seria largo mencionar.
Con este escueto relato he querido destacar al menos en una mínima parte la forma en que se celebran las Fiestas Patrias en este bello País ubicado al sur del mundo llamado CHILE.
Gracias y… ¡ VIVA CHILE ¡