Es uno de nuestros más grandes sueños, creo. Pasamos por la vida sufriendo, lamentando pérdidas, rupturas. También hay eventos más trágicos, como asaltos, violaciones, golpizas, accidentes. Mucho de estos eventos dejan secuelas tanto físicas como psicológicas: el famoso síndrome de stress post-traumático.

Quedamos con una serie de síntomas, recuerdos, pensamientos intrusivos que lo único que hacen es molestar, producir dolor y generar una aversión al estímulo desencadenante de la situación traumática. inevitable pensar en la película "Eternal sunshine of a spotless mind": la idea de borrar los recuerdos desagradables, pero que nos entregan aprendizaje y forman quienes somos, finalmente.

Siempre, en momentos de dolor, queremos olvidar. Dormir forma parte de olvidar. Evolutivamente tememos al miedo, al dolor. Es inevitable: es lo que genera emociones displacenteras, sea fobias, recuerdos negativos.

Se presenta en nosotros un estado egodistonico. se ha creído, desde diversas líneas de pensamiento, que así como se genera el dolor, se puede "entrenar o condicionar" al sujeto para que olvide o extinga los síntomas aversivos. Un psicólogo conductista en los años 20 del siglo pasado quiso demostrar que los seres humanos éramos una tabula rasa: dependía de cómo nos entrenan, seriamos el producto deseable.

El ejemplo de esta idea es el experimento realizado con un niño el "pequeño Albert", al cual se le condiciono un miedo y se intentó luego hacer que desapareciera el temor.

La idea base fue que lo que se aprende puede "des-aprenderse". Lo curioso es que la madre no estaba de acuerdo... pero aquí ingresan nociones de ética y el limite de experimentar con humanos. Siguiendo esta linea de pensamiento, se experimenta en los mecanismos de la memoria para lograr comprender y llegar al punto de si es posible o no borrar determinados recuerdos, específicamente los traumáticos. Leyendo este articulo, sostiene la idea de que es posible borrar esta sensación aversiva. Lo que se borra no es el recuerdo, la información almacenada, sino las emociones asociadas a ésta.

El método para llegar a este punto se basa en la neuroquímica del cerebro, con una droga llamada propanolol.

    This experiment capitalised on the knowledge that traumatic memories are not written just once but every time we remember them. When we first record memories the presence of certain proteins strengthens connections between the synapses — the gaps between nerve cells — in the brain. However, every time we recall these memories subsequently the proteins break down and must be remade from scratch. During this period of reconsolidation our memory is vulnerable to reshaping. Like that open Word document on your laptop, it can be rewritten.

Ahora bien, la idea de que la recuperación de la información pueda modificarse y moldearse trae algunas consideraciones éticas que plantean más problemas que el alivio sintomatológico del paciente. Tenemos una tendencia a evitar el dolor, a no sufrir; pero evolutivamente, el dolor cumple con una función básica que es generar en las especies aprendizaje para no volver a equivocarnos. Hay quien siempre comete el mismo error, pero eso es tópico para otras lineas.

Consideraciones éticas y forenses Nos equivocamos para aprender. eso está claro; la función del dolor esta determinada. Pero que sucede en casos extremos?. Violaciones, abuso sexual, asaltos, víctimas de delincuencia?. Si la memoria es susceptible de ser modificada -vía plasticidad del cerebro- surgen algunos problemas interesantes.

La memoria se produce por la formación de conexiones neuronales catalizadas por determinadas proteínas. Si eliminamos este proceder, podríamos borrar casi todo, como resetear el cerebro. ¿que sucedería con las declaraciones judiciales?, ¿que pasaría con los peritajes psicológicos, en los cuales se evalúa el discurso mediante una serie de criterios de análisis?.

Repetir varias veces el mismo discurso modifica el recuerdo, que es la recuperación de la información almacenada en la memoria a largo plazo. Nuestra historia personal, el conjunto de vivencias de cualquier tipo nos forman -de alguna manera- en los seres únicos que somos. No todos reaccionamos de la misma forma frente a eventos estresantes.

Borrar los recuerdos impide el aprendizaje e impide, a su vez, la acumulación de experiencias, que finalmente nos permiten optar. ¿donde quedaría la capacidad de elaboración de los eventos?, el escuchar una canción y transportarnos a lugares pasados, que con el tiempo adquieren otro matiz, al ser re-significados?.

El análisis de los métodos neurológicos que subyacen a la memoria nos sitúa frente a un futuro distópico: sería posible poner en duda las declaraciones, ya las víctimas no tendrían interés en la justicia, ya que se eliminaría el sufrimiento. Y existe la duda de que las declaraciones de los niños víctimas de abuso sexual, al declarar tantas veces (policías, tribunales, psicólogos) se modifiquen producto de la vulnerabilidad en la que el cerebro ingresa respecto a la consolidación de las sinapsis.

Todo lo aprendido, todo lo que sabemos de la memoria esta por ser eliminado. llegaremos al punto, como sostenia Aldous Huxley, que todo será controlado por una cápsula, por un químico?. que seria de nosotros sin el dolor?. porque, aunque nos duela, debemos reconocer que aprendemos a palos. Tropezando con la misma piedra. o no?.