ACERCA DE LOS ABRAZOS TERAPÉUTICOS

Esta es la historia de alguien que aprendió a través del Desamor lo que es Amor. No importa su nombre, podría ser cualquiera de nosotros. Su historia acerca del amor comenzó el mismo día que nació, aunque era solo un bebé y no sabía nada de la vida que venía a vivir. Su talento era la curiosidad y desde su niñez la acompañó. Su don, la alegría que en el camino del desamor llegó a perder.

Al crecer y hacerse mayor, conoció el Amor pero no el de los cuentos de princesas y príncipes con finales felices, no, eso no le ocurrió...Lo que  pasó es que escuchó su corazón .

El camino del corazón es el camino del coraje. El corazón siempre está dispuesto a arriesgarse. La cabeza siempre hace cálculos, es astuta. El corazón no es calculador. El poeta vive a través del corazón. El corazón es esperanza!  El corazón es habitáculo donde habitan nuestro Rey y Reina: Amor y Belleza!

De este modo,   subida en esa pequeña barca con una sola vela, inició un viaje en el inmenso océano del desamor. Habrá olas pequeñas, olas inmensas. Habrá días de sol y días de lluvias. También habrá días de cielos nublados. Así, mientras navegaba en medio de ese solitario mar  multicolor del amor cayó en un profundo sueño y se encontró allí con ese personaje al que todos llaman Sr. Desamor.

Y al verlo tan orgulloso, de pié frente a ella, con el ceño fruncido, su cuerpo grande y desformado, sus manos pequeñas - en comparación con el resto del cuerpo-, sin ojos, solo un rostro en blanco sin formas, como una hoja en blanco, saltó de su barca hacia la arena del aquel lugar y le hizo la pregunta sin miedo. Su curiosidad era como un escudo enorme que la protegía... 

Pregunta ella:  ¿ ABRAZAR ES TERAPÉUTICO Y EFICAZ?

Y el Sr. Desamor, respondió lo siguiente:

                               "La humanidad está enferma por  falta de abrazos, de amor, de luz. Esta no es forma de vivir.

Volver a poner nuestro esfuerzo en dar amor, mucho amor para recibirlo. Es una decisión personal, conciente, porque  el amor no se puede arrancar. Hay que darlo, expresarlo a viva voz, con todo nuestro corazón y alma.

Me he negado a mi mismo conocer el amor y hoy todos me temen menos tú niña valiente...Sigue tu camino, el del amor, para que a ti nunca te ocurra lo que a mi, que de no amar he perdido mi rostro, mis manos pequeñas ya nunca más podrán sentir la caricia de un pétalo de rosa o el sol en mi piel. Poco a poco cada parte de mi cuerpo se desvanece con el tiempo. Mis ojos nunca podrán admirar la belleza de un día de sol o el arco iris tras un día de lluvia. Ya nunca más podré admirar, abrazar y disfrutar la suave piel de mi amada ni podré llamar a mi Alma por su nombre ni tampoco podré jamás mirar los ojos de mi rostro como espejos de mi propia Alma. Soy el sin rostro, el SR. Desamor,  que se negó a conocer el Amor, que se negó a dar abrazos con amor. Vete ya y déjame solo, este es mi destino, el que elegí y fue un grave error, pero ya es demasiado tarde, no hay nada que pueda hacer para cambiarlo.

Solo un consejo, valiente niña, nunca vuelvas la espalda al amor y no lo prefieras al desamor ya que te quedarás como una hoja en blanco vacía y creo que eres demasiado hermosa para privarte del buen amor, de la luz del día, de la belleza de las aves en el cielo, de las caricias  de aquel que te abrace algún día con amor y por amor, porque habrá conocido el Cielo y el cielo eres tú.

¡Abraza al amor siempre, es mejor que la nada, es peor el vacío!"

Luego de escuchar con atención esta extensa respuesta, la niña  volvió y subió  a su barca, emprendiendo el viaje de regreso a casa. Sintió tristeza por aquel desdichado personaje. Apoyó su cuerpecito en el suelo de la embarcación y fijó sus oscuros ojos marrones en el horizonte transportándose

hacia otras dimensiones, muy dentro de su corazón, hasta que de pronto, una ola gigante  lanzó a la orilla la barca volviéndola a la realidad tras el golpe.  Se bajó de ella,  sintió  el calor del sol  bajo sus pies y con una alegría infinita en su ser saltó con los brazos abiertos sumergiéndose en las aguas tibias del mar en ese día de verano de un año cualquiera. Como fundiéndose en un eterno abrazo, invisible y se llenó de gozo.

Si no fuera por vivir las relaciones de pareja dolorosas, jamás hubiera conocido la belleza de la clase de amor que hay en mi interior. Para aquellos que me han enseñado acerca del amor con sus abrazos, solo hay gratitud.

Aprender sobre la clase de mi amor ha sido revelador, una fuente de inmensa sabiduría y riqueza. Mi mayor tesoro. Me llevó a límites jamás imaginados ni soñados. El amor me ha sumido en el pozo oscuro de mi misma, en mi propia vida. Ha sido un reto, desafíos para conocer lo más extraordinario del amor. He conocido mi corazón, he descubierto mi alma, la he desnudado a la vez, he cruzado el suelo minado de la vulnerabilidad, he llorado, he reído alguna vez en el pasado por amor. Todas las diversas etapas de mis relaciones de amor, me han despertado  la conciencia y sé que nunca quiero estar en el pozo negro del desamor.

Ese vacío que de una manera sutil te conduce a morir lentamente hasta desaparecer para que más tarde nadie recuerde ni siquiera tu nombre. Prefiero dar lugar al amor que al desamor, antes que ser una hoja en blanco parecida a la nada.

Prefiero no oír las falsas promesas que en nombre del amor se pronuncian sin intención de ser cumplidas, sin vergüenza y  sin amor.

Como el agua que calma la sed de un moribundo  elijo ser  agua, que calma la sed de quien me ama bien...

                                                 ..."En la salud y en la enfermedad

                                                 En la riqueza y en la pobreza

                                                 Juro amarte, cuidarte y respetarte

                                                 todos los días de mi vida ...."

Vaya juramentos ilusos en nombre del amor que fácilmente se lanzan.

Cuando  el amor no necesita juramentos falsos, solo necesitas abrazarlo, sentirlo, vivirlo, expresarlo, nutrirlo, cuidarlo y....vivirlo!

Abrazar te transforma, es como volverse  ave, como un  colibrí, que vuela libremente por la habitación de tu casa interior. Pájaro verde que representa al elemento aire y que se comunica con tu Espíritu. Abrazos que simbolizan nuestra madurez, el movimiento, la libertad, la resurrección.

Abrazos que sanan, abrazos que nos devuelven una libertad perdida o quizás negada. Abrazos que nos despiertan la conciencia. Abrazos que calman mi sed de amar y ser amada! Hay pobres de aquellos que no saben lo que es un abrazo porque se pierden el calor que desprende nuestra Alma para fundirse con el otro en un solo. Hay abrazos que duelen, hay abrazos que nos hacen sonreir y curan  nuestro remendado corazón! Te regalo mis abrazos!

Por: Liisa Varis Conval