¿Qué es lo queremos proyectar de Antofagasta?

Hace muchos años viví en Antofagasta y ciertamente era más amigable que hoy. Ahora cada cierto tiempo la visito por motivos de trabajo. La ciudad ha crecido en superficie y habitantes pero se nota un deterioro en el hábitat urbano y en la calidad de vida de su gente. Tengo la impresión que durante años se han sucedido autoridades sin las condiciones suficientes y el antofagastino no ha tenido la capacidad de elegir mejores o presionarlas lo suficiente.
Respecto a La Serena, no es exacta la afirmación que cada vez tiene menos turistas. La comuna se ha consolidado como uno de los destinos más importantes del país para hacer turismo y también para vivir.
Por último, saludos para Magaly, conforta leer una opinión tan refrescante.

Tus reflexiones, no hacen más que confirmar que una sola administración de la ciudad, cada día es más insostenible, pretender que nuestras autoridades se hagan cargo de cada uno de los problemas existentes en las calles, de una ciudad con una importante tasa de crecimiento, es estirar un chicle que ya está cercano a romperse.
Alguien que no haya venido a la ciudad en 10 años, encontrará que Antofagasta es absolutamente diferente a la de entonces, más grande, más espacios, más oportunidades, más personas que no necesariamente reflejan al Antofagastaino de siempre. Con esto no quiero decir que debemos cerrarnos a la posibilidad de recibir a quienes aportan con el crecimiento y el desarrollo, o de quienes simplemente buscan nuevas oportunidades, pero sí que debemos preocuparnos por distribuir los espacios, de manera tal de satisfacer todas las necesidades de consumo.
Es cierto que nadie quiere tener como vecino un barrio rojo, un pub, una botillería o cualquier negocio que rompa con la tranquilidad de nuestros hogares, pero tampoco debemos dejar de desconocer que son parte de cualquier urbe y hay que aprender a vivir con ellos, en lo posible, de la forma más armónica que podamos encontrar.
Las autoridades pasadas fueron peloteando este problema sin dar una solución concreta y se nota que las presentes están en el mismo trabajo, dejando estos “problemas” para que otros los resuelvan. No basta con fiscalizar, con cerrar negocios (más que mal, generan un importante nivel de ingreso a la ciudad y dan oportunidades de trabajo), lo que se debe hacer es organizar.
Personas como Magaly, quienes se han ido de la ciudad por diferentes razones, tienen una visión de Antofagasta un tanto diferente de quienes nos hemos quedado, ya sea por costumbre, por que dejamos de ver lo que importa, porque no nos afecta o porque simplemente hemos ido perdiendo la capacidad de preguntarnos realmente ¿Qué es lo que queremos proyectar de Antofagasta?

Hola Magaly, si bien concuerdo contigo en la mayoría de tus líneas, creo que la ciudad de Antofagasta -al igual que tú, soy antofagastino que ahora va sólo de paso a la ciudad- puede perfectamente albergar un barrio rojo, como es el que existe en la calle Condell. Que haya o no extranjeros, eso no tiene importancia. Al contrario, creo que la inmigración, venga de donde venga, siempre es positiva. Sin embargo, es necesario una efectiva fiscalización de parte de la autoridad para el normal desarrollo de este tipo de lugares. Un error sería lo que hace La Serena, que debido a la presión de muchos de sus habitantes -de corte eminentememte conservador y neopuritano- que no dudó en dejar a más de 3 mil personas sin trabajo al cerrar el único barrio bohemio que existía en la ciudad. ¿Cuál fue la consecuencia? a pesar de las campañas a nivel nacional, La Serena cada vez tiene menos turistas, no así el resto de la región. En conclusión, creo que deben existir espacios para todos, ya que existe público para todo.
Saludos