Por Paola Vilca y Renzo Rocco.

Sin duda, el cruce ferroviario que atraviesa la entrada principal al centro comercial Mall Plaza, se ha convertido en la obra de remodelación más importante del último tiempo, en esta materia.

Se invirtió una suma importante de dinero, para la construcción de modernas barreras, y semáforos con iluminación led, digno de imitar.

Sin embargo, no es la misma situación que se ve en otros cruces en la ciudad. Específicamente en el sector de la Coviefi, al constatar el lugar entre las calles Antihue con Mehuin, existe un cruce peatonal y también de automóvil, el cual cuenta solo cuenta con dos semáforos y dos señaléticas que indican PARE.

Al observar la línea férrea nos encontramos con un lugar bastante inhóspito y muy poco amigable para los residentes del sector, quienes se han acostumbrado a convivir con el tren, y conocen el peligro, pero que sin embargo, utilizan estos espacios para practicar deportes y pasear a sus mascotas.

Según los vecinos, están consientes del peligro que corren al pasear por las vías férreas, y que por cierto están bien señalizado por la empresa de Ferrocarril de Antofagasta, pero insisten en aprovechar estos espacios, y hacen un llamado a la empresa privada a hermosear estos lugares, y habilitarlos para un uso seguro de los antofagastinos.

Al avanzar unos cien metros, nos encontramos con un segundo cruce peatonal, entre las calles Antihue con Trumao.

Aquí sucede una situación particular, ya que está habilitado con una escalera con barandas de color amarillo, pero al cruzar la vía, no son utilizadas por la mayoría de las personas, ya que según su opinión de nada sirve poner escaleras pintadas de amarillo en un lugar, si se puede transitar fácilmente por otros accesos.

Distinto es el parecer de los vecinos del cruce de las calles Montevideo con Valdivia. Aquí, no existen barreras automáticas, ni una visión adecuada para el conductor y el peatón. La gente acusa una falta de seguridad.

Si bien, no ha traído consecuencias fatales hasta el momento, pone en riesgo frecuente a los peatones, autos particulares y locomoción colectiva. A esto se le suma el deteriorado estado del pavimento, a causa del constante tráfico facilitando accidentes, choques y malas maniobras de conducción.

Para los vecinos la solución es clara: se debe otorgar límites definidos al cruce ferroviario, instalando barreras muchos metros antes del paso de la línea férrea, tanto para vehículos como para los transeúntes.

Ellos apelan a una mayor vigilancia policial, sobre todo de noche, ya que los espacios abiertos que quedan en la entrada a la antigua estación de ferrocarriles, es el lugar predilecto de jóvenes que lo frecuentan para beber alcohol y consumir drogas, aseguran los asustados vecinos.

La opinión del transeúnte es categórica, y desean que todos los cruces tuviesen este tipo de seguridad, ya que ayuda a una conciencia sobre el riesgo y los hace sentir mucho más ordenados y responsables, a la hora que pasa el tren.