Los discos que no atreves a escuchar: Anima Mundi – The Way (2010)

Los discos que no atreves a escuchar: Anima Mundi – The Way (2010)

14 Febrero 2011
Banda cubana que nos deleita con una avalancha sonora que llega directo a la vena, en donde prima el sentido sinfónico con atmósferas a veces duras y otras, más que flotantes.
Iván Ávila >
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Por Iván Ávila 

No se conoce mucho de las maravillas musicales cubanas fuera del ámbito comercial o tradicional. El síndrome Buena Vista Social Club, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés han opacado los pocos y escasos intentos isleños de proyectar otros sonidos y formas distantes del manoseado mainstream con el que profitan las grandes distribuidoras y los mismos trovadores que tan anacrónicos suenan en estos días. Claro, cada quien con sus gustos, nostalgias y recuerdos, pero si quieren escuchar un sonido cubano nuevo, diferente de lo popular bailable y de la sufridas letras que a tantos fascinan, les sugiero hacer un esfuerzo y conseguirse algo de los ya legendarios Síntesis y su folk aderezado con diversos géneros, desde el jazz al rock, o aquel visionario experimento de comienzos de los 90 llamado Música D\'Repuesto.

Por eso hoy, nos concentraremos en el tercer álbum de Anima Mundi, quizás el único experimento relacionado al rock sinfónico en la isla de Fidel. La banda fue formada a comienzos de la década del 2000 por Virginia Peraza en teclados y Roberto Díaz en guitarra y voz. Con el tiempo, han sufrido cambios en su alineación, aunque el tronco de su música se ha mantenido firme y junto a Peraza y Díaz, hoy encontramos a Yaroski Corredera en bajo, Manuel Govin y Carlos Sosa como voz principal (la que, sin querer, me recuerda el lead vocal de los ítalos Ezra Winston). El 2002 lanzaron su primer aviso, el esplendoroso Septentrión y mucho después, el 2008, su segunda diana, el fantástico Jagganath Orbit. El año pasado, firmaron su tercera placa, un fresco sinfónico de excelente factura, aunque por ahí hay algunas cosas que se extrañan.

Claro, los muchachos de Anima Mundi habían jugado mucho con sonidos propios de la isla e influencias folk en especial europeas, lo que dotaba a sus discos de una riqueza deliciosa. Para este tercer disco, esos toques han desaparecido casi por completo, aunque el sentido épico se mantiene preciso y constante, desde el pulsante inicio de Time to Understand, una pieza de doce minutos que juguetea entre el sonido neo prog contemporáneo y el más prístino de los sonidos progresivos, en una avalancha sonora que llega directo a la vena, con pausas medidas que preparan al oyente a nuevos y constantes cambios que acumulan nuevas melodías que crecen hasta formar un muro de sonidos apabullante en donde el sentido sinfónico asume un rol casi deificado por quiebres y atmósferas a veces duras y otras, más que flotantes.

Estas características se repiten en el diamante de más de 26 minutos titulado Spring Knocks on the Door of Men, una pieza que además suma secciones de delicada belleza y en donde los cubanos se toman todo el tiempo necesario para construir una gran cantidad de atmósferas que invariablemente tienen sus raíces en lo más granado del progresivo setentero y en las delicias del Sinfónico Italiano. Un temón que se escucha con agrado una y otra vez para encontrar nuevos significados y detalles deliciosos.

Flying to the Sun es el penúltimo track del disco. Otra vez, la conjugación de elementos progresivos hacen de este tema un maravilloso fresco en donde se mezcla una amplia gama de sonidos y secciones vibrantes, con una cubierta mucho más heavy que sus antecesores y un soberbio trabajo en teclados.

La placa cierra con Cosmic Man, otro tema en donde surgen características neo prog aunque siempre apuntando hacia la construcción de secciones épicas que envuelven y explotan en pasajes de una finura técnica que asombra y emociona.

En suma, un disco para tener presente sin pensarlo dos veces. Los fanáticos del prog clásico encontrarán acá muchas similitudes con YesEmerson Lake & Palmer, toques de Sinfónico Italiano y hasta referencias a bandas menos conocidas, pero destaca el sonido singular marcado por estos muchachos cubanos en cada sección, en un disco que si bien no alcanza la altura de su predecesor (que algún día comentaremos), es por mucho uno de los mejores lanzamientos del año pasado. No se lo pierdan. 

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