Hacer un comentario

Turismo en Antofagasta: enfermo crónico

12 Marzo 2012

En un día como hoy, llega a vivir y a establecerse en nuestra ciudad, un señor llamado Turismo, atraído por un clima privilegiado donde las temperaturas promedio fluctúan entre los 12 y 22 C° durante todo el año, a orillas del mar.

Hugo Donoso >
authenticated user Corresponsal

Trae consigo a toda su familia: hoteles, restaurantes, agencias de viajes, operadores turísticos, empresarios del comercio, líneas aéreas, de buses, empresarios del transporte privado, compañías de arriendo de autos y servicios afines.

Llega feliz y lleno de vida, tal y como vive en España, Francia, Cuba, México y tantos otros lugares que han abrazado y desarrollado esta actividad en el mundo.

Al poco tiempo de estar aquí, nuestro vecino se enferma producto de una serie de agentes patógenos que conviven en nuestro medio, los que le producen un cuadro que los especialistas definen como viral, caracterizado por una fiebre muy alta, dolores agudos y escalofríos.

Los médicos logran aislar a uno de los causantes. El aseo de nuestras calles, playas y lugares públicos. Se aplica al paciente, una dosis interminable de campañas en pro de la limpieza, lo que no da los resultados esperados y las bacterias siguen ensuciando nuestras calles y pintando grafitis en todos los muros limpios de la ciudad.

El paciente se agrava y los médicos siguen investigando.

Florece el comercio ambulante acompañado de una serie de artistas gritones y vendedores de artículos falsificados, los que invaden las principales arterias de la Capital Regional.

El nivel de ruido en la calle Prat es insoportable y más parece una feria libre que un paseo peatonal.

Sube aún más la temperatura del paciente, con las secuelas que excrementos, huevos, piojillos y plumas nos dejan una sobre población crónica de palomas, además de las jaurías de perros vagos que recorren todos los rincones de la ciudad.

Se suman a este cuadro, la delincuencia, la prostitución y las drogas, para complicar aún más el estado del paciente, en un ambiente de inseguridad ciudadana muy preocupante, donde Antofagasta ocupa el segundo lugar nacional, por denuncias por delitos de mayor connotación social, según cifras del Ministerio del Interior.

Los profesionales responsables no logran controlar a los agentes patógenos que invaden al cuerpo del enfermo y toman algunas acciones esterilizantes, en un esfuerzo por tratar que la enfermedad emprenda su retirada.

Pavimentan calles, remodelan plazas, arreglan algunas veredas y mejoran la Costanera y el balneario municipal, pero la enfermedad sigue su curso.

La infección se generaliza tomando los ambulantes por completo una plaza que antes fue un centro artístico y cultural.

Lo probable que una fuerte dosis de antibióticos sea suficiente, para aliviar al paciente, pero al parecer el tratamiento es muy costoso, no tanto en recursos económicos, como en voluntad política y como dice el refrán, no hay peor sordo que el que no quiere oír.

El turismo, responsable de tanto bienestar y fuentes de trabajo en otros países del mundo, agoniza en Antofagasta porque lo estamos dejando morir.

Por Hugo Donoso, ex director Cámara de Comercio de Antofagasta.

Responder

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Aqui podría estar su imagen. para registrarse, haga clic aquí.

CAPTCHA
Queremos saber si eres una persona y no un robot, por eso responde este siguiente formulario.