Durante la noche del pasado miércoles, el programa Mentiras Verdaderas tuvo como invitado especial al sacerdote jesuita, Felipe Berríos, quien desde enero del 2015 vive en el campamento La Chimba en Antofagasta.

El tema principal de la entrevista era las distintas realidades que él ha vivido y ayudado, lugares donde prima la pobreza como, por ejemplo, en África donde estuvo como misionero por cuatro años o en Antofagasta, donde actualmente reside.

Frente a la pregunta que el conductor del programa, Ignacio Franzani, le hizo respecto a la diferencia entre la pobreza que vio y vivió en África y la que vive actualmente en Antofagasta el sacerdote jesuita comentó que estas se distinguen principalmente por el consumismo imperante en esta parte del continente a diferencia del africano.

"La diferencia es que allá (África), primero, es una pobreza que es cero consumo. No hay basura porque no hay consumo. La otra cosa es que la gente no sabe las posibilidades que tienen sus hijos. Se vive indiferente a lo que pasa en el resto del mundo", aseveró el sacerdota. 

En cambio, "lo que se ve acá es una pobreza basada en el consumo, un sistema que produce basura, donde tengo que botar para poder producir más. Yo vivo en un campamento al lado de un basural. Pero también no sólo se produce basura, sino también gente que es considerada basura. Gente marginada, que es mirada en menos. Eso es muy cruel", expresó Berríos. 

"Lo otro es que aquí en Chile, la mamá sabe por los medios de televisión lo que sus hijos se están perdiendo. Saben que muy pocos de ellos van a surgir", agregó.

En ese mismo sentido, el sacerdote jesuita arremetió contra los medios de comunicación, señalandolo como uno de los responsables por el constante consumo que en ella se muestra. 

"Sobre todo la television que constantemente te está diciendo que si tú tienes esto vas a ser feliz, o si tienes esto otro vas a ser feliz. Eso es muy doloroso y crea estas cuestiones donde a veces los chiquillos dicen mejor me robo un auto por el fin de semana porque por la vida que tengo acá mejor me voy a la cárcel".

"Acá no deberíamos ser pobres. Estamos en un continente que es pobre porque es injusto no porque tiene carencias", aseveró.

Respecto a la caridad material que se vive en la pobreza, el padre Berríos tuvo grandes cuestionamientos asegurando que "el regalo destruye la dignidad de las personas, el regalo te hace dependiente, el regalo destruye la organización de la gente".

"En antofagasta a mi me duele mucho, porque es una sociedad acostumbrada a regalar. La gente regala ropa y las cosas que les sobran. Ahora no es culpa de la gente, es porque talvez nosotros no hemos dicho que el regalo no ayuda, que lo que ayuda es que nosotros nos hagamos socios de la gente, que demos oportunidades, que creemos más bibliotecas, más posibilidades de estudio, más guarderías para cuidar a los niños, mayor organización, apoyar a las organizaciones locales, crear sedes comuntarias. (...) Esas cosas van a la vena de la pobreza", finalizó.