Una vez más somos testigos de diversas movilizaciones en pro de reformas a la Educación y pocos niegan la crisis que hoy ésta enfrenta, ya que el estado actual de ella se aleja de lo que una ciudadanía reflexiva exige para nuestro país.

Las respuestas, pendientes desde hace ya tiempo, son de una importancia crucial y definitoria respecto del destino de la Educación y también del destino del país. Frente a esta situación, no podemos permanecer como observadores pasivos ni debemos sustraernos de esta discusión que puede tener carácter histórico.Los movimientos que hoy se desencadenan, y que periódicamente percibimos, no son casualidad. No se trata de culpar a un gobierno u otro.

Se trata de exigir a las Autoridades todas (parlamento y Gobierno) que escuchen las voces que desde hace demasiado tiempo vienen pidiendo y exigiendo cambios de verdad, esto es, reales y profundos.Conscientes que los problemas de la Educación son diversos y complejos, queremos centrar nuestra atención en los que, a nuestro entender, son los más básicos y demandados:

1. Calidad de la Educación: este es un problema que afecta al ciclo completo de la Educación chilena. Por ello es preciso fortalecer el rol tutelar del Estado en la educación pre básica, básica, media y técnica profesional y universitaria, a fin de reemplazar al mercado como asignador de recursos. Por otra parte, creemos que la universidad, además de formar profesionales y científicos de excelencia, debe asumir su rol de agente de cambio y transformación positiva de la sociedad.

2. Financiamiento: creemos que se hace necesario incrementar sustancialmente el aporte del Estado al presupuesto de educación. Establecer y asegurar un financiamiento basal para las Universidades Tradicionales que garantice su independencia de los criterios de mercado. Junto con lo anterior, debiera se posibilitar que los estudiantes que tienen las aptitudes y capacidades para seguir estudios universitarios puedan hacerlo sin menoscabo del patrimonio familiar y de su futuro profesional.

3. Transparencia: debe definirse con claridad la situación entre las universidades que lucran con la educación (vulnerando el espíritu de la legislación vigente) y aquellas que no lo hacen.

4. Participación: Reflexionar sobre la participación de la comunidad universitaria en la gestión y desarrollo de cada universidad.

Creemos que estas demandas representan a la mayoría que estima que el desarrollo del país depende de una educación de calidad y acorde con los tiempos. El crecimiento económico de Chile y sus compromisos con organismos internacionales, nos obliga a responder a estos desafíos en forma global.´

La OECD opina que el actual aporte del Estado a la educación es insuficiente, por lo que sugiere aumentarlo considerablemente.

Por otra parte, la actual situación económica global del país hace posible un mayor esfuerzo en Educación lo que contribuiría a mitigar las inequidades.Finalmente, esta declaración concuerda con la posición que ha tenido el Consejo de Rectores en sus conversaciones con el Ministerio de Educación.

Por tal razón pensamos que es importante mantener la unidad de las universidades tradicionales en el seno de dicho consejo.