Se dice que el arte es la esencia de la cultura y la identidad de los pueblos. Por ello y bajo esta premisa es que el Colectivo Se Vende, en su propuesta de plataforma móvil de arte contemporáneo, concretó la inauguración del primer Centro de Residencias Artísticas para el norte de Chile.

La apertura se realizó ante invitados de diversos sectores del ámbito artístico y que estará ubicado en un barrio residencial como el sector de Playa Blanca, en la zona sur de Antofagasta.

Se trata de una residencia que dará acogida a decenas de artistas que participen en actividades culturales y de intervenciones artísticas de la zona norte, un lugar donde funcionará el Instituto Superior Latinoamericano de Arte (ISLA), que justamente parte con sus primeros talleres el sábado 2 de abril. 

Asimismo se convertirá en un eje central para la concreción y participación de artistas en la Semana de Arte Contemporáneo, SACO, en su quinta versión de este 2016 que contará con diversos participantes internacionales y nacionales.

Para la directora de este instituto, Dagmara Wyskiel, esta nueva apuesta es clave para el desarrollo y crecimiento del movimiento artístico en la zona, puesto que es un aporte que busca favorecer el intercambio, las redes y el trabajo colaborativo.

“El reciente apagón de dos importantes espacios culturales de la ciudad convierte nuestra apertura en un ‘no’ simbólico, en una manera de responder con resistencia frente a un brutal barrido. Ahora resulta aún más importante generar un espacio creado y gestionado por un colectivo artístico y no por fundaciones que usan un parque o una biblioteca para sus propios juegos de intereses, claramente opuestos a los culturales”, señala la artista y gestora cultural.

Un Centro de Residencias Artísticas que aportará a la generación de movilidad cultural en la ciudad, que incorporará invitados para compartir sus conocimientos y obras con la comunidad.

“La oferta hotelera en Antofagasta está ajustada al bolsillo y al estilo de vida de los trabajadores de la industria minera. Queremos que los artistas, curadores, docentes e investigadores de diversas disciplinas artísticas tengan un espacio pensado para ellos, con un lugar para trabajo de estudio y otro para compartir y conversar. Contando con una biblioteca especializada y un ambiente adecuado”, especifica Wyskiel. 

Centro

Una infraestructura que destacará por su economía y ambiente artístico acorde a los requerimientos de los artistas, pues cuenta con siete camas, cocina equipada, internet y sala con un proyector para conferencias, charlas y workshops para hasta 20 personas. El ambiente tendrá un fortalecimiento a la proyección, inspiración y desarrollo artístico, descartando incluso algunas distracciones como la televisión u otras.

Una iniciativa que busca aumentar el flujo de pares externos en la urbe, tanto a través de proyectos gestionados en este espacio como fuera de él. “Queremos compartir esta casa con quienes contribuyen al desarrollo cualitativo local y hacen de esta ciudad un lugar donde todos queremos vivir”, aseguró Dagmara Wyskiel.