Harold Mayne-Nicholls: “Organizar un mundial trae un beneficio de imagen invaluable”

07 Noviembre 2014

El ex presidente de la ANFP aseguró, pese a la inversión, realizar un mundial de fútbol tiene un beneficio invaluable para la imagen país. A juicio de Mayne-Nicholls organizar una copa del mundo con Uruguay sería una buena alternativa en lo económico.

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En conversación con Patricio López en Radio Universidad de Chile, Harold Mayne- Nicholls se refirió a la posibilidad de organizar el Mundial de fútbol en nuestro país, idea que se coordina desde que en Uruguay se levantó la posibilidad de una realización en conjunto.

“Chile estaría interesado junto con Uruguay en organizar la Copa Mundial de Fútbol del año 2030. Esto deja de ser un compromiso solo de una federación, transformándose en una idea. Queremos hablar sobre este tema aunque también de una eventual candidatura para Presidente de la FIFA”, explicó el dirigente.

¿Cuáles son los requisitos mínimos, en relación a términos presupuestarios o institucionales, que debe asumir un país para organizar un mundial?

Primero tiene que haber un compromiso del Estado, infraestructura hotelera, una cantidad importante de camas en los hoteles, dotar a que todos los países y todos los miembros de FIFA tengan acceso a nuestra VISA, entregar los medios de transporte adecuado, en donde Chile no tendría problemas por la cantidad de aeropuertos, las telecomunicaciones, el sistema bancario y finalmente si es un solo la nación organizadora, contar con seis estadios con una capacidad mínima de 40 mil personas y dos con una capacidad de 60 mil. Eso son los requisitos a grandes rasgos, después en la práctica existen más detalles.

Chile posee estadios con una capacidad mayor a 40 mil personas, ¿esos estadios cumplen con los requisitos de la FIFA?   

No, ninguno de ellos cumple.

Entonces, ¿hay que construir nuevos estadios?

No necesariamente, los recintos se pueden adaptar. Aunque normalmente es más caro adaptar que construir. Según mi sentido común sería más apropiado construir desde cero. Ya que los únicos dos estadios que poseen la capacidad son el Monumental y el Nacional. Y realizar las reparaciones necesarias, me imagino, que es más costoso que construir dos estadios nuevos.

Realizar un mundial compromete al país por 15 años. Para ello se requiere consensos políticos unánimes para embarcarse en una decisión de mediano plazo. El compromiso de todos los actores se testifica a través de cifras  macroeconómicas. Muchas veces se responde que la inversión se recuperará. ¿Cómo ha sido la experiencia al respecto, en relación a los dos últimos mundiales, donde hubo mayores complicaciones?

Quiero hacer una actualización. Francia será el organizador de la Eurocopa en el 2016.
Ayer en un reportaje se explicaba que gracias al campeonato se han creado 20 mil nuevos empleos. Evidentemente que trae muchos beneficios realizar un mundial ya sean fuentes laborales en construcción, turismo, hotelería, entre otros empleos.

Pero el país tiene que estar dispuesto a invertir…

Eso depende cómo la vamos a materializar. Si pensamos solo en la inversión de construcción de estadios es de difícil capacidad para el fútbol chileno. Con esto me refiero a que después de que termine el mundial nosotros no tendremos al público suficiente para que replete la cantidad de asientos.

En cambio, la inversión en transporte, telecomunicaciones, hotelería quedará para siempre y se seguirá usando. La inversión que se pierde es la de los estadios, para el caso nuestro.  No fue así en Alemania 2006. Ellos necesitaron, después del mundial, necesitaron estadios más grandes. En cambio en Sudáfrica varios estadios no se han usado, en Brasil ocurrirá lo mismo.

¿Cuánto ayuda compartir la organización con otro país?

Me parece que es una idea brillante, ya que nos quita la presión de tener que hacer todo este esfuerzo. En el cual económicamente se puede llevar a cabo, pero evidentemente el legado que nos deja es una carga muy alta. Por eso poder desarrollar este campeonato con Argentina, Paraguay o Uruguay, realizando el mundial del Mercosur, me parece una idea lúcida.

En términos políticos ¿Cuáles serían los pasos necesarios a seguir, para que no suceda algo parecido a lo de Brasil, donde hubo una resistencia muy grande, a la organización del mundial?

Yo no sé cuánto dinero se necesita para la realización, pero claramente son sumas muy grandes. Por eso, puede llegar alguien y comparar un mundial con cierta cantidad de hospitales. A mí me parece que está bien hecho el razonamiento. Esa misma ecuación se podría hacer con la educación. Por eso hay que incluirlos a todos. No obstante, hay que destacar que trae un mundial y que no trae las mejoras a la salud o a la educación: trae un beneficio de imagen invaluable. Porque si nosotros hiciéramos el mundial en Chile, en cualquier año. De lo único que se hablaría en el mundo, en los cuatro años anteriores, sería de nosotros. Cada día y cada semana. El mundo entero se daría cuenta de lo que somos como país y eso tiene un beneficio para la imagen muy grande.

¿Así ha ocurrido en los otros países?

En Sudáfrica por ejemplo, le cambió el mundo después de ser el organizador de este evento. Fue un país más dentro de todo el universo ganándose, a su vez, un respeto luego de desarrollar el campeonato.

Una nueva aspiración: convertirse en el nuevo Presidente de la FIFA

¿Cómo va su candidatura a la presidencia?

Estoy muy tranquilo, sigo con tiempo y no tengo ninguna urgencia. Voy hacer un viaje para visitar a países amigos y con ellos poder recaudar información respecto si hay un espacio o no. Además de materializar con un apretón de manos a los que me han dicho: “sí, estamos contigo”. Esto es lo que quiero hacer de aquí a final de año. Y así poder determinar una decisión en los primeros día del 2015.

¿Presidencia de la FIFA para qué? Cuál sería la diferencia a Joseph Blatter?

¿Para qué? Eso es bastante fácil. Hoy nos encontramos con un tema no menor: la FIFA ha perdido mucha credibilidad entre los aficionados, ellos ya no le creen tanto y dudan mucho de la institución. Por esto, hay que liderar cambios que nos permitan volver acercarnos con los hinchas del mundo entero. El fútbol no puede seguir perdiendo espacio en este sentido.

¿Cómo se logra esto?

A través de tres palabras: con mayor transparencia, participación y diálogo.  Si sumamos esas tres vamos a tener una mayor democracia, que falta, en la organización del fútbol mundial.