Opinión: Davos, empresarios mirando el futuro…y también el 2014

Opinión: Davos, empresarios mirando el futuro…y también el 2014

13 Febrero 2014

Probablemente, el mayor obstáculo para que Chile avance hacia un desarrollo sostenible sea esta dificultad endémica para mirarnos a 20 o 30 años plazo y construir una visión común, edificada sobre un compromiso ético que nos identifique a todos.

Ignacio Larraechea >
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Lo más relevante del foro World Economic Forum (WEF) que se realiza todos los años en Davos, Suiza, es que congrega a unos 40 jefes de Estado y cerca de 2.500 líderes fundamentalmente empresariales, a identificar estrategias que ayuden a resolver los problemas globales.

El título del encuentro que terminó el 25 de enero fue elocuente: “La reconfiguración del mundo: consecuencias para la sociedad, la política y los negocios”. Y a través de su presidente, Klaus Schwab, el Foro reafirmó su convicción en cuanto a que los cambios económicos, ambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos ofrecen oportunidades inéditas; pero que las interacciones entre ellas también implican mayores riesgos sistémicos.

Entre los múltiples desafíos planteados, se apreció un especial interés respecto a los pronósticos de mayor inestabilidad en un mundo crecientemente multipolar. Un primer reto es el que representa la movilidad económica: de aquí al 2030, 3.000 millones de personas se incorporarán a la clase media en el mundo. Un dato relevante es que Anand Sharma, ministro de Comercio e Industria de India, señaló que su país aspira a aumentar su participación en el PIB mundial del 16 al 25% y crear 100 millones de empleos cualificados.  

A mayor demanda por bienes y servicios será, por tanto, explosiva, lo que augura problemas serios de abastecimiento. De ahí la importancia de promover, entre otras cosas, una “economía circular”, basada en una cultura del reciclaje.

De ello surge una preocupación sobre la estabilidad política: la mayor demanda, sumada a las restricciones fiscales, representa un escenario de alta exigencia y presión ciudadana hacia los gobiernos, “profundizando los requerimientos pro reformas sociales y la conformación de las relaciones internacionales” (reporte final 2014).

Pero Davos no sólo analiza el largo plazo. Los participantes identificaron también diez riesgos globales para 2014: crisis fiscales, desempleo y subempleo estructural, crisis de agua, severa disparidad de ingresos, insuficiente mitigación y adaptación al cambio climático, mayor incidencia de los eventos climáticos extremos, problemas de gobernanza global, crisis alimentarias, el fracaso en cuanto a los principales mecanismos (instituciones) financiero y una profundización de la inestabilidad política y social.

La complejidad de los riesgos y desafíos planteados conduce a la importancia de desarrollar “una lógica de acción colaborativa multistakeholder… a través de mecanismos efectivos de gobernanza global”.

La profundidad de los análisis y el alcance de las estrategias propuestas nos lleva a reflexionar sobre cuán involucrados están los diversos stakeholders chilenos en esta mirada de largo plazo. ¿Hasta qué punto la urgencia del corto plazo conspira para que las instituciones del Estado, los gremios empresariales, las universidades y otros actores locales relevantes permanezcan ausentes de la línea de debate que se da, por ejemplo, en el WEF?

Probablemente, el mayor obstáculo para que Chile avance hacia un desarrollo sostenible sea esta dificultad endémica para mirarnos a 20 o 30 años plazo y construir una visión común, edificada sobre un compromiso ético que nos identifique a todos.

La petición del Papa Francisco a los participantes de Davos puede ser un buen punto de partida: “Les pido asegurarse de que la humanidad sea servida por la riqueza y no gobernada por ella”.

¿Estamos listos para auto exigirnos una base ética de este calibre?