Opinión: Extractivismo en Chile, el modelo que sustenta la desigualdad

Opinión: Extractivismo en Chile, el modelo que sustenta la desigualdad

02 Septiembre 2014

El extractivismo es una forma de organizar la economía de un país, únicamente en función de la extracción intensiva de grandes volúmenes de recursos naturales, destinado sin procesamiento alguno para su venta en el exterior.

Andrés Gillmore >
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Normalmente uno siempre termina preguntándose porque nos cuesta tanto salir del subdesarrollo, porque por más empeño que le pongamos, siempre nos falta la chaucha pal peso, que de una u otra manera hace que a la larga nos estanquemos inexorablemente cada cierto tiempo, produciendo grandes debacles sociales que después cuesta tanto recuperarse. No hay duda que en los últimos años hemos tenido un avance sustancial en la calidad de vida, pero solo si lo analizamos desde el punto de vista del acceso que hemos tenido a bienes materiales de consumo; pero a decir verdad eso ha sido posible fundamentalmente porque el modelo económico nos ha llevado a un endeudamiento de relevancia, que ha permitido que en la actualidad casi todos los chilenos vivamos simplemente para pagar deudas sobre las deudas, sin ninguna capacidad de ahorro. Si fuéramos una economía sana que de verdad pudiese sustentar el consumismo que genera el modelo, en si mismo no tendría por que representar problema alguno; pero si analizamos el verdadero problema, es que hemos proyectado la sustentación del modelo económico en función del extractivismo y esa forma de plantearnos la proyección del modelo, inexorablemente nos esta empezando a pasar la cuenta, porque es un modelo que sustenta la desigualdad.

El extractivismo es una forma de organizar la economía de un país, únicamente en función de la extracción intensiva de grandes volúmenes de recursos naturales, destinado sin procesamiento alguno para su venta en el exterior. En términos generales existen dos formas de extractivismo; el que se basa en la extracción de recursos no renovables como hidrocarburos y minerales y el que extrae recursos agrícolas, forestales “renovables”, agua, etc. El extractivismo es un patrón de desarrollo económico primario digno del colonialismo histórico, se podría decir que es una forma elemental de ir por el desarrollo, sustentándose únicamente en la producción de materias primas de exportación, sin darle valor agregado, obstaculizando la industrialización y la generación de empleos de calidad.

Durante el Siglo XX y el actual Siglo XXI, el extractivismo se ha convertido en una forma de división internacional del trabajo, marcando la diferencia entre países “ricos” y “pobres”. Los países ricos (desarrollados) demandan materias primas y los países pobres (subdesarrollados) fornecen materias primas, destruyendo los territorios y sus comunidades para atender la alta demanda. Esta división ha permitido que la brecha entre ricos y pobres sea mucho más diferenciada y más estratificada. Estrategia de los países ricos para someter a los países pobres, incentivada a través de las transnacionales, que utilizan los grupos internos de poder para que actúen como intermediarios entre las transnacionales y los gobiernos, para desarrollar los fundamentos de la estrategia, ganar suculentas comisiones y lograr el objetivo, apoderándose de los recursos naturales. (Grupo Matte, Luksic, Delano, Lavín)

El extractivismo genera una alta dependencia económica y política de los países pobres ante los ricos; los compradores de las materias primas, crean por este medio una enorme desigualdad en el intercambio comercial, obligando a los países pobres a vender barato las materias primas y comprar caro los diferentes productos manufacturados que vuelven transformados con las mismas materias primas, (un ejemplo en Chile, las tuberías de cobre), produciendo un desbalance que termina sedimentando las bases del desarrollo y perpetuando el subdesarrollo.

El problema del extractivismo es que permite que las transnacionales sobreexploten los recursos naturales con una carta blanca para que ejecuten la tarea de extracción, para hacer y deshacer a voluntad, sin respetar los derechos humanos, destruyendo el medio ambiente, entrometiéndose en asuntos internos que no les compete, comprando políticos, interviniendo el congreso para lograr sus objetivos, haciendo todo lo que no pueden hacer en su país de origen. Las transnacionales con el tiempo se transforman en verdaderos Estados Externos con injerencia interna y con voluntad propia al interior de los países, permitido por gobiernos que ven en esta estrategia una forma cómoda y fácil de perpetuarse y ganar suculentos ingresos con la ley del mínimo esfuerzo, desincentivando actividades económicas de la misma importancia que las extractivas.

La minería del cobre y la industria forestal en el caso nuestro, ha fundamentado las bases de nuestro desarrollo por un extractivismo exacerbado, concentrando las inversiones y la mano de obra en procesos que no cuentan con ningún valor agregado, en desmedro de las comunidades que viven en los territorios; cometiendo delitos ambientales que destruyen las comunidades rurales y muy especialmente las indígenas, que en la mayoría de los casos son problemas irresolubles de reparar a futuro, produciendo distorsiones económicas que generan la inequidad social, la intolerancia y perpetuando el subdesarrollo. (Ley de Pesca y fomento Forestal)

Los países que se proyectan en el “modelo extractivista” como Chile y casi todos los latinoamericanos, tienen todos como denominador común la apropiación del agua, sin reconocer los derechos ancestrales de las comunidades, interviniendo sus territorios, desplazándolos cuando no son rentables y no son utilizados como mano de obra barata. Eso explica el porque en Chile se privatizaron todos los derechos de agua y fueron entregados a las grandes transnacionales extranjeras. En Aysén la región con más potencialidad hídrica de Chile, tiene todos sus derechos de aguas en poder de ENDESA y COLBÚN que a su vez son meros representantes de transnacionales españolas e italianas, incluso de gobiernos, como en el caso de ENEL que es parte de ese grupo, que el 30 % pertenece al gobierno Italiano. Capitales que podrían ser utilizados para construir represas y solventar el extractivismo de la gran minería del Cobre.

En la actualidad en Chile sufrimos la extrema dependencia ante el sector extractivista para la implementación de las políticas sociales que se implementan a través de la economía de enclave con la cual han administrado el país, creando una dependencia tal que por mucho que queramos cambiar el modelo económico-social-ambiental-energético, trabajemos para dictaminar leyes y una nueva constitución; todo resulta tremendamente ineficaz, si no entendemos que el extractivismo es un lastre que lleva al estancamiento social y que tiene como necesidad vital de suepervivencia, continuar con la centralización de la toma de decisiones y no permitir bajo ningún supuesto la regionalización.  

El extractivismo no tiene colores políticos, utilizado por la izquierda renovada y por la derecha tradicional como modelo de desarrollo, remozándolo y haciéndolo más presentable, pero con la misma base de sustentación y con los mismos planteamientos del pasado, solo que en el mundo del futuro. Maquillándolo ideológicamente para permitir su consolidación y explicando el porque en Chile desde el año 1974 es la forma en como se ha planteado la proyección económica y social y porque nos cuesta tanto salir del subdesarrollo.

La modernización del extractivismo utiliza la inserción subordinada a través de la globalización comercial y financiera, fragmentando los territorios, transformándolos en áreas relegadas con enclaves extractivos dirigidos a los mercados globales, objetivando la competitividad, la eficiencia de la maximización de la renta, externalizando los impactos ambientales y sociales en los territorios donde se practica el extractivismo (Calama).

El Estado deseoso de la energía vital que les llega a través del extractivismo, utiliza el formato como una droga dura y rudimentaria, en detrimento de las comunidades con la ley del mínimo esfuerzo, captando el excedente producido para financiar programas sociales, bonos de subsistencia que mantienen contentos a los ciudadanos, financiando las campañas políticas, el lobby para mantener el modelo y la legitimación social, la reelección de los políticos que mantienen el extractivismo, entregando los beneficios a los grupos de poder y sus tantos operadores.

La principal característica del extractivismo es la consolidación de un Estado Compensador, que aunque destruye el medio ambiente, la vida de las comunidades y se retroalimenta con formas de compensación surgidas de la ilegitimidad total generado por el modelo, se hacen aceptables y presentables para el ciudadano medio, que no entiende la manipulación de la información en la que se ve envuelto y como esconden la destrucción de los recursos naturales, la vida de los territorios y la proyección de las regiones.