[Opinión] Política, desarrollo y lideranzas en modo regresión

05 Mayo 2016

En la actualidad las fuerzas políticas a pesar de la presión de los Movimientos Ciudadanos, que claman respeto y autonomía, han decidido que no es posible avanzar sin que se afecte la comodidad del inmovilismo constitucional.

Andrés Gillmore... >
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En las últimas décadas hemos evolucionado en forma simultánea en dos procesos: el económico-externo y el político- interno. A nivel mundial nos hemos introducido de lleno en la globalización económica, importando más lo que importamos ante lo que exportamos; proceso que con el pasar de los años nos ha hecho extremadamente dependientes y vulnerables ante las crisis globales, al no tener la capacidad de desarrollar tecnología con los recursos naturales que producimos.

En lo político interno, la democratización ha traído logros que no podemos desconocer en la forma que consumimos productos de todo tipo, pero es indudable que tenemos un déficit importante de gobernabilidad que nos ha hecho poco certeros a la hora de implantar estratégias de desarrollo, sobre todo en los últimos tres períodos presidenciales, con formatos sin la capacidad de mantenerse en el tiempo, poniendo el proceso político en “modo regresión”, obstruyendo la continuidad de las políticas públicas, con las consecuencias que todos conocemos y vivimos en la actualidad.

La estabilidad de un plan de desarrollo que no tenemos en la actualidad, tiene que ver fundamentalmente con la forma poco clara con que se gobierna actualmente, sobre todo con lo que tiene que ver con estrategias de proyección a nivel macro en los procesos de crecimiento, que permitirán el posterior desarrollo, que no pueden depender del gobierno de turno para proyectarse en el tiempo; por ello, deben tener la capacidad de ser eficientes en su forma estructural para sustentar lo que a fin de cuentas fundamenta la democracia y la perspectiva de desarrollo de toda sociedad que se respete a si mismo.

La relación entre gobernabilidad, eficacia, eficiencia y armonía, debe complementarse con modelos políticos y económicos, definiendo la capacidad de alcanzar los objetivos prefijados con el menor costo social posible y que estén orientados en relación directa con los retos de la globalización de la cual somos parte queramos o no y bajo este supuesto, permitir que las regiones en el todo general, tengan una especial incidencia en sus estrategias de desarrollo. No como sucede en la actualidad con los acontecimientos que están ocurriendo en Chiloe, donde existen dos verdades, la del gobierno y la de la comunidad, cuando es una sola, pero las dos verdades se encuentran en total contraposición, al no existir por parte del gobierno lideranzas reales y representativas en su misma organización, que les permita enfrentar la temática con verdad y respeto.

En la actualidad las fuerzas políticas a pesar de la presión de los Movimientos Ciudadanos, que claman respeto y autonomía, han decidido que no es posible avanzar sin que se afecte la comodidad del inmovilismo constitucional y el orden establecido que tanto los acomoda, sustentado en una representación parlamentaria que no representa a nadie, a no ser los intereses de los partidos políticos que sostienen a los parlamentarios, diciendo en forma subliminal pero muy directa, que en los próximos años el escenario fragmentado de la política partidista seguirá donde mismo y dominando como siempre.

El trauma que ha significado para la ciudadanía en general, enterarse que su representación en todos sus estratos, ha traicionado los valores democráticos de representación, no ha sido un tema menor bajo ningún punto de vista y no es que uno quiera ponerlo bajo un contexto unidimensional, subjetivo o ideológico; pero es indudable que la falta de un liderazgo efectivo y creíble que trabaje por el bien común en los últimos gobiernos, ha puesto sobre la mesa de forma muy inconfortable y con un cierto tinte de intemperancia ideológica, que los objetivos teóricos no se han consolidado en la práctica, por una forma de hacer gobierno que no tiene capacidad de proyectarse en el tiempo.