Superman, el casi chileno

16 Enero 2014
Qué pasaría si aquel vástago de Kriptón hubiese nacido en suelo nacional: en Chilito. El tono de su traje no creo que varíe, las banderas chilenas y estadounidenses tienen los mismos colores. Su debilidad tal vez no sería la kriptonita; tal vez el cobre, la tierra o cualquier otra cosa...
Eltor Ortega >
authenticated user

Encuentro mejor a Superman que a Batman o Ironman (que son fascistas multimillonarios y buena onda, prácticamente lo mismo uno del otro), Superman puede volar. No como todos ustedes, superhéroes de cuarta.

Además de gustarme el concepto de Superman, siempre me he preguntado qué pasaría si aquel vástago de Kriptón hubiese nacido en suelo nacional: en Chilito. El tono de su traje no creo que varíe, las banderas chilenas y estadounidenses tienen los mismos colores. Su debilidad tal vez no sería la kriptonita; tal vez el cobre, la tierra o cualquier otra cosa.

Si Superman fuese un compatriota de seguro tendría alguna marca auspiciando, pegada en su capa o en algún lugar de su pecho. Algo así como esas camisetas de fútbol que parecen bolsas de supermercado. El retail ya habría explotado el nombre y su persona, tal vez protagonista de alguna marca de reloj o perfume, con esos comerciales siempre tan artísticos que a veces ni se entienden.

Si Superman fuese chileno no se llamaría Superman. Sería algo así como: SúperChileno, SúperZorrón o Súpercualquiercosa. Algo llamativo. La verdad eso no es lo importante, mientras sea alguna marca que venda todo bien.

Lo más probable es que muchos de los candidatos presidenciales se hubiesen lanzado sobre los brazos de ese superhéroe; en sus carteles y panfletos todos se hubiesen arrogado de la pertenencia de Superman. Pero Superman es neutro. Pero como su nave espacial cayó en Chile tal vez muestra cierta inquietud política. Quién sabe. Imaginen ustedes.

¿Y si Superman es parte del gobierno de turno?, fácil. Superman apagando los incendios de la zona centro del país, un soplido congelante y listo. Después, influenciado por twitteros, pondría a esos mapuche comunistas y terroristas en la cárcel. Porque Kal-El, Superman, es chileno, no lo olviden. Y como todo chileno medio, encuentra que los mapuche son malos y flojos.

No tendríamos problemas con Perú, de hecho, otra vez, siguiendo los designios de comentaristas de diarios y líderes de opinión (tiene que hacerlo, los dueños de los derechos de su imagen lo obligan), Perú sería Chile. Y todo Chile sería feliz. Y todos los chilenos discriminarían a las regiones nuevas del norte, porque son negros. Y esas ciudades estarían abandonadas porque están lejos de la capital. Imaginen lo caro de todo. Pero Superman estará ahí para ayudar: tiene súper oído.

O tal vez Superman, gracias a nuestro buen sentido de vecindad, ya habría conquistado Argentina y Bolivia.

La gente estaría feliz con este superhéroe, todas las quejas de los chilenos serían contestadas y de verdad seríamos los ingleses de Latinoamérica. Todos andarían seguros por las calles porque le pidieron a Superman que se deshiciera de los flaites. Superman creará dos ciudades, una para personas de bien y otra para esos sucios delincuentes y flaites. Israel y Palestina, con Superman cuidando fronteras.

Todo sería perfecto. Para qué cambiar el binominal si tenemos a un súper hombre que es capaz de acatar a todo lo que el ciudadano de a pie manda. El contrato que firmó Kal-El para pagar los derechos de su vida lo dice, literal.

Pero Superman se aburriría. Tanto que piden los chilenos estos, dirá. Tanto que molestan y se las dan de únicos en este planeta. Superman dejará de lado los asuntos políticos y comenzará a ayudar a la gente pobre, esas personas flojas que no salen de su hoyo porque no quieren. Y la gente de bien y trabajadora se enojará. Pedirá que ese hombre en mallas de una explicación y explique por qué ayuda a una señora con su trabajo en la feria y no va en busca del perro que se le perdió a una joven universitaria.

Superman aburrido se irá. Superman cruzará la cordillera y encontrará más de lo mismo pero con otro acento. En el final, cambiará de continente y nunca sabremos de él. En Chile, entonces, habrá una guerra interna. No nos caemos bien entre nosotros y eso hace fácil apuntarnos con el dedo y matarnos entre nosotros.

Contenidos que pueden interesarte

No existen contenidos para esta sección.