Errázuriz v/s Matthei: Una pelea chica sobre un tema grande, migración

26 Mayo 2011

Como es (mala) costumbre, tienen que ocurrir situaciones lamentables o escandalosas para que hablemos de ciertos temas importantes. 

Eduardo Vergara... >
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Sin duda el hallazgo de 17 peruanos ocultos en un camión al sur de Arica y la reciente polémica de los paraguayos que acusan al empresario Francisco Javier Errázuriz de abusos laborales, no pago de remuneraciones y ausencia de contrato han puesto el debate sobre la inmigración nuevamente en los titulares. Estos hechos ocurren a solo semanas que Chile promulgara normas acordes a los tratados que buscan combatir el tráfico de inmigrantes en el mundo.

América Latina es un barrio que se caracteriza por una gran movilidad de personas. Desde quienes dejan, legal o ilegalmente, sus países en busca de mejores oportunidades y emprenden tortuosos caminos que los llevan a cruzar la peligrosa frontera México-EEUU, pasando por quienes migran a países dentro de la región, hasta migraciones internas forzadas que protagonizan los desplazados por fenómenos como la guerrilla en Colombia (5,2 millones) y los desastres naturales (20 millones de personas en el mundo); la migración suele tener cara de sufrimiento. Si bien las causas pueden ser diversas, muchos de quienes la viven enfrentan experiencias en común: sus derechos son vulnerados, son abusados y maltratados, deben dejar atrás a sus seres queridos y mayoritariamente las comunidades a donde llegan les discriminan y tratan como ciudadanos de segunda clase.

La OIM estima que el numero de migrantes internacionales llega a 214 millones y que en el 2050 sobrepasará los 400. La reciente crisis económica ha dejado al descubierto nuevos problemas. De acuerdo a la OCDE, los inmigrantes han resultado ser los más afectados, con mayor vulnerabilidad frente a los cambios y quienes pagaron los mayores costos.

Sin embargo el debate no comienza ni termina en América Latina. Esta semana la UE presentó un nuevo grupo de políticas enfocadas en frenar el flujo de inmigrantes ilegales provenientes desde África. Buscan principalmente regularla y no frenarla del todo. Les queda claro que con una población que claramente está envejeciendo, el flujo de nueva mano de obra y capital humano son fundamentales para evitar un estancamiento en el crecimiento y el colapso de un sistema de pensiones que lucha contra escenarios que hablan de una proporción de la población activa y jubilados que pasará de 4:1 a 2:1 al 2060. Es más, en EEUU Barack Obama hizo recientemente un llamado para que los mismos inmigrantes se movilicen para lograr las tan necesitadas reformas.

Algo de cierto tienen los argumentos que Errázuriz usa en su defensa. No queda claro si lo hace de visionario, pragmático u oportunista, pero menciona la necesidad de que exista mayor flexibilidad para contratar personas extranjeras en Chile. Sus gritos suenan familiares. En California durante el 2007 las estrictas leyes migratorias causaron que más del 70% de los agricultores se vieran forzados a reducir la producción y 80 mil acres de plantación dejaran de existir en el estado. Tal como argumenta Errázuriz, la fruta, sin trabajadores que la recojan, se pudre en los arboles.

Si bien no cabe duda que las migraciones son fundamentales para el crecimiento económico y el dinamismo de la producción, el debate en torno a los migrantes va mucho más lejos y posee aristas mucho más preocupantes. La detención del camión con migrantes en el norte y el posible incumplimiento y abuso laboral en el caso de los paraguayos son solo la punta de un iceberg que habla de terribles violaciones a los derechos humanos, trata de personas, prostitución, discriminación, explotación y especialmente sobre la carencia de plataformas gubernamentales capaces de enfrentar el fenómeno. La hipocresía de la sociedad chilena junto con la miopía con la que se ignora la necesidad de generar políticas públicas efectivas demuestran lo atrasado y equivocado que estamos. Estas características son las que hacen tan difícil que el caso de los paraguayos sea entendido. Hay vacios legales, omisiones, incapacidad y por sobre todo cinismo. Claro, no hay razón para justificar el abuso y el engaño, pero con el mismo dedo que la Ministra del Trabajo intenta apuntar este caso, el Gobierno debería castigar y sancionar por primera vez a los miles de empresarios y personas que abusan a diario de asesoras del hogar, vendedores, jornaleros y un gran número de trabajadores extranjeros.

De continuar con esta actitud ignorante e irresponsable el fenómeno de la inmigración se transformará en un gran dolor de cabeza y dejaremos pasar la oportunidad histórica de sacar provecho a los beneficios que la movilidad de personas puede generar. Pero por sobre todo de dar el ejemplo en el respeto de los derechos de las personas. Es necesario aumentar los programas de integración e información (las estadísticas migratorias disponibles en el Departamento de extranjería y migración son una vergüenza); implementar métodos efectivos para terminar con la discriminación; asegurar derechos laborales mínimos; pero por sobre todo generar un debate serio respecto a la flexibilización de políticas migratorias que permitan dinámicas virtuosas, honestas,  amables y centradas en las personas. Necesitamos de los migrantes y ellos necesitan de nosotros.

 
Eduardo Vergara
Director, Asuntos del Sur

Asuntos del Sur es un think tank latinoamericano e independiente compuesto por profesionales de toda América Latina. Constantemente organiza espacios de dialogo en diferentes países y genera herramientas para que quienes participan ofrezcan nuevas respuestas para los desafíos de la región. www.asuntosdelsur.org