Opinión: Jóvenes que NI estudian NI trabajan: Un reto a las políticas públicas

10 Octubre 2014

Muchos no estarán familiarizados con el término NINI pero de seguro en el entorno si  conocen a un familiar, vecino, ex compañero/a o conocido/a, que no estudia y no trabaja y se encuentra entre los 15 y 29 años. 

María Fernanda ... >
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Esta situación, de la que alerta la OIT desde hace una par de años viene creciendo en el mundo y en Chile. Conforme a la Encuesta CASEN 2011, existen 710.096 de jóvenes que no estudian y no trabajan lo que representa 17% de los jóvenes chilenos.

Detrás de esta cifra se esconden varias líneas explicativas, pero hay algunos aspectos que quisiera relevar. Una razón pesquisada es la maternidad: mujeres jóvenes que se enfrentan a un embarazo adolescente, provocando la deserción temprana de estudios y asumiendo el  ejercicio posterior de roles tradicionales asociados al trabajo doméstico y de cuidados. Un segundo factor  son el grupo de jóvenes no pueden insertarse o reinsertarse en el sistema educativo terciario (técnico o universitario). Jóvenes con rendimientos académicos medios cuyas familias  que no  pueden costear estudios por falta de capacidad económica y/o que no alcanzan  los requisitos necesarios para optar al sistema crediticio, o que lo tuvieron, se endeudaron y definieron un cambio vocacional que no se correlaciona con la situación socio económico familiar o personal. Un tercer elemento- tan importante como los anteriores -  son las dificultades de insertarse en el mercado laboral, sea por la exigencia de exhibir experiencia que no se tiene o el desincentivo de optar a magros ingresos no acordes a las expectativas.

Eliminar las barreras educacionales, de capacitación y laboral es imprescindible para entregar una oferta adecuada a este grupo de jóvenes. En este sentido, el apoyo psicosocial es fundamental para que puedan integrarse de buena manera en el mundo educacional, laboral y social. Sin duda, como Estado debemos generar iniciativas donde el Servicio Público entregue una buena oferta programática en capacitaciones atractivo para los jóvenes y útiles para el mundo laboral.

Esta fotografía nos deja un reto como sociedad de hacernos cargo de la realidad que afecta a nuestros jóvenes. Como Estado nos cabe diagnosticar y generar políticas que acompañen la trayectoria de vida de miles de jóvenes que deben criar, estudiar y solucionar problemas de adultos y avanzar a entender la educación como un derecho social.