Sacerdote del Vaticano golpea a la Iglesia anunciando públicamente su homosexualidad

Sacerdote del Vaticano golpea a la Iglesia anunciando públicamente su homosexualidad

03 Octubre 2015

En el Vaticano a un día que comience Sínodo de los Obispos sobre la Familia uno de los importantes teólogos de este estado, hizo pública su orientación sexual. El sacerdote lo hizo para que se entienda al amor homosexual, como amor familiar. La iglesia respondió expulsándolo.

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El sacerdote polaco Krzysztof Charamsa, de 43 años, es oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es además secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano y profesor en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Es esta importante figura en el Vaticano, la que remeció a la estructura católica al dar a conocer públicamente que es homosexual.

“Quiero que la Iglesia y mi comunidad sepan quién soy... un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de la propia identidad. Estoy dispuesto a pagar las consecuencias, pero es el momento de que la Iglesia abra los ojos frente a los gais creyentes y entienda que la solución que propone para ellos, la abstinencia total de la vida de amor, es deshumana”. Fueron esta las declaraciones del sacerdote en el marco de la celebración de Sínodo de los Obispos sobre la Familia que se realiza en el Vaticano.

Las declaraciones de Charamsa recibieron de inmediato la respuesta de la jerarquía de la Iglesia Católica, que de inmediato informó que sería expulsado de las funciones que realiza. Ante la exoneración de su trabajo, el sacerdote contragolpeó presentando a su novio y pidiendo “perdón por todos los años durante los que he sufrido en silencio ante la paranoia, la homofobia, el odio y el rechazo a los homosexuales que he vivido en el seno de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es el corazón de la homofobia en la Iglesia".

Charamsa dijo además que su interés es que el Sínodo vea "que el amor homosexual es un amor familiar, que tiene necesidad de la familia. Cada persona, también los gais, las lesbianas o los transexuales, lleva en el corazón un deseo de amor y familiaridad. Cada persona tiene derecho al amor y ese amor debe protegido por la sociedad, por las leyes. Pero sobre todo debe ser cuidado por la Iglesia”.