El lunes 27 de abril de 2015 es un día histórico para la democracia en Chile, luego que nuestra Presidenta Michelle Bachelet promulgara la ley que pone fin al sistema binominal en nuestro país, el que imperaba desde la dictadura, y que restaba representatividad al sentir de los ciudadanos.

Por mucho tiempo se esperaba dar este paso para que se recuperara la confianza en la democracia, garantizando que los ciudadanos sean escuchados a través de sus votos en las urnas para definir la composición del Congreso.

Este profundo cambio a la ley electoral es  una de las promesas de campaña de la Presidenta de la República que se está cumpliendo.

Por otra parte, el fin al sistema binominal abre una oportunidad para los candidatos independientes, que tendrán la posibilidad de ser electos sin el temor de ser desplazados por otro candidato aun teniendo mayoría de votos. Estamos apostando a un recambio generacional, por la inclusión de los nuevos partidos políticos, para nuevos liderazgos, para líderes que nacen de los movimientos ciudadanos.

Otro de los puntos importantes a destacar de esta nueva ley electoral, es que las mujeres conseguirán una alta representatividad política tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, ya que se establece que los partidos tendrán que presentar un mínimo del 40% de candidatas y un máximo de 60%, lo que disminuirá la brecha de inclusión femenina la política nacional.

La nueva ley electoral traerá cambios en la Región de Antofagasta, aumentando el escaño de senadores y diputados que pasarán a ser tres y cinco, respectivamente, permitiendo una mayor representación de la ciudadanía de la región en el Congreso.

La misma Presidenta lo ha dicho, “el tener más parlamentarios no es un triunfo para la burocracia, sino para todo el pueblo de Chile. Es un triunfo para la representación de cada uno de nuestros territorios y nuestros compatriotas”.

Se ha sepultado un sistema electoral que perjudicaba nuestra democracia, y este auspicioso cambio viene junto a mayores exigencias para los representantes elegidos a través de las urnas, con mayores exigencias para el lobby, evitando conflictos de interés, y aumentando las fiscalizaciones y sanciones en casos de corrupción. El fin al sistema binominal fortalece la participación ciudadana y el correcto ejercicio de la democracia, devolviendo la confianza y engrandeciéndola para todos y todas quienes ejercen su deber cívico en Chile.

Stefanía Carvajal Tabilo

Seremi de Gobierno

Región de Antofagasta

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