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Trabajadores de Mejillones denuncian malas prácticas protestando en una grúa
Trabajadores de Mejillones denuncian malas prácticas protestando en una grúa
La empresa coreana fue emplazada por parte de sus trabajadores, quienes ocuparon una grúa a más de 100 metros de altura como medida de presión.
Javier Ramos >
authenticated user CorresponsalEn los últimos 30 años, Mejillones ha recibido un barrio
industrial constituido por numerosas empresas que se posan en las costas de esta
bahía pesquera. Desde la generación de energía hasta la creación de explosivos
son algunos de los rubros que han traído trabajo, pero también efectos medioambientales irreparables a la población colindante a
las industrias.
No obstante, los problemas laborales son cada año más recurrentes, poniendo en
conflicto a empresarios y trabajadores por la búsqueda de un equilibrio entre
esta siempre compleja relación.
Esta vez fue un funcionario de la empresa coreana Seil E & C, quién –a través
de una carta difundida en las redes sociales- explica el contexto en que decide
realizar esta peligrosa medida de presión.
Extenuantes turnos, irregularidades en accidentes laborales y “dictadura
sindical”, son algunos de los hechos que abrían motivado a Aldo Arratia, Presidente del Sindicato
multigremial Sintuc- Chile.
En la carta, Arratia explica los diversos problemas profesionales y personales
que genera la existencia de los turnos 20 x 20, apelando al mejoramiento de la
calidad de vida de los trabajadores de la empresa extranjera.
“Exigimos que se haga presente un
representante de la Inspección del Trabajo de Antofagasta para que se pronuncie
por los turnos 20 x 20”, como también referente al irregular traslado de
trabajadores accidentados a la Clínica Antofagasta, recalca el dirigente que protestó durante esta mañana sobre una grúa
pluma en las inmediaciones de la termoeléctrica Cochrane.
Por su parte, los vecinos de Mejillones alegan que esta no sería la primera vez que existen estos problemas, como tampoco sería la primera vez que un trabajador arriesga su vida en busca de mejoras laborales.
“Los trabajadores están totalmente desprotegidos. No los dejan armar un sindicato, no les gusta ver a la gente organizada ni menos reclamando sus derechos” nos relata María Brevis, vecina del lugar. “Las amenazas y los despidos son el pan de cada día por esas razones”, lamenta.
En lo que iba del día, El Nortero intentó comunicarse con la cuestionada empresa, lo cual
no pudo concretarse para dar su versión de los hechos.