Por Rodrigo Durán Guzmán, Movimiento Mérito para Chile

Esta semana se conmemora el 63 aniversario de la declaración Schuman, iniciativa que sentó los cimientos de lo que hoy conocemos como Unión Europea.Desde entonces, con 27 países en la actualidad ad portas de ser 28 con la incorporación de Croacia a partir de Julio de este año y con más de 500 millones de habitantes a su haber, la UE sin lugar a dudas es uno de los grandes bloques de poder y riqueza en el mundo.

No obstante, actualmente una severa crisis económica mantiene en vilo el devenir del viejo continente, siendo España el ícono de un problema donde sólo Alemania ha logrado mantener la estabilidad. La importante de esto radica en que las decisiones y problemas de europa repercuten en el resto del mundo, especialmente en los países latinoamericanos, donde se han asentado inversiones y establecido empresas las cuales generan empleo y dinamismo a la economía, generando incertidumbre en los mercados y pánico entre los ciudadanos. En este sentido, y a pesar del actual escenario adverso que enfrenta el viejo continente, quienes piensan o auguran que europa está de rodillas se equivocan. Basta remitirse a la declaración Schuman para entender que lo que ha hecho grande a la UE es algo que va más allá de su riqueza económica, cuestiones sociales o políticas.

Porque lo que nació como una comunidad europea del carbón y del acero en la actualidad es una comunidad de países, que han sido capaces de sobreponerse a conflictos bélicos de gran escala, donde han aprendido a convivir y a valorar la unidad como oportunidad para el progreso y donde el principio de solidaridad se ha convertido en un actor relevante para su quehacer. En concreto, y tal como lo establece Robert Schuman, Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho y privilegiando el bien común sobre el egoísmo individual. Ahora, si a lo anterior complementamos el discurso pronunciado por Winston Churchill en la Universidad de Zurich, sabemos que la conformación de la UE no fue un trabajo sencillo, pero donde la voluntad siempre estuvo orientada a crear una familia europea, generando los escenarios propicios para la integración de quienes adhirieran, con la mirada puesta en el horizonte de una europa que se levanta y se mantiene en pie.