Chile y los heterofóbicos

Chile y los heterofóbicos

01 Junio 2011

Presenten candidatos. Y no sólo me refiero a los homosexuales. Póngale rostro y lema a los pro aborto, los pro Estado mapuche, los eólicos, los faranduleros… Trabajen, gástense persuadiendo con la voz.

Matias Carrozzi >
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Desde que la cosa pública adoptó con fuerza la guía de la “democracia de las encuestas”, a mediados del año 2004 a mi juicio, las minorías de todo tipo han logrado instalar sus ungüentos (o argumentos) de tal manera que pareciera que el país se juega la vida si no los discute y, por supuesto, accede sin más a sus particulares convulsiones.

El escenario e incentivo para que estos grupos sigan alborotando el gallinero mejora cuando buena parte de la clase política se deja llevar por la atractiva cobertura mediática que, marchas y destrozos mediante, otorga a los que pululan cerca. Da igual si es a favor o en contra, con su sola presencia y opinión dan volumen a temas, en su mayoría sin jerarquía, para que empiecen a estropear la sobremesa de moros y cristianos.

Por ejemplo, la discusión de si las personas de igual sexo pueden contraer matrimonio entre sí, además de absurda, es una pérdida de tiempo ya que nuestra programación social, jurídica y moral impide siquiera plantear un debate serio sobre la materia.

Se entiende que, para evitar los riesgos de tener a un grupito de exaltados rompiendo cosas en las calles, la autoridad tome algunas medidas prácticas para, por ejemplo, fortalecer el contrato que hace rato todos podemos firmar en una notaria a fin de defender la propiedad y esas cosas, pero suponer que una minoría pueda y merezca imponer sus conductas y filosofía sin el más mínimo esfuerzo republicano es… (calma Carrozzito) una falta de respeto descomunal.

Si han de modificar las cosas, yo esperaría que ello fuera resultado de un proceso, de una consulta mayor, como es una elección popular. Es decir, si tan trascendentales son sus demandas, bueno, dense el trabajo de convencer a las personas de a pie y no sólo al ramillete de desesperados dirigentes angustiados porque, probablemente, la mayoría se quedará en sus casas para las próximas elecciones.

Presenten candidatos. Y no sólo me refiero a los homosexuales. Póngale rostro y lema a los pro aborto, los pro Estado mapuche, los eólicos, los faranduleros, etc… Trabajen, gástense persuadiendo con la voz.

¿A qué le temen?. En una de esas los heterofóbicos son mayoría.

Responder a todo con un sí o ser ambiguo en los planteamientos a fin de quedar bien con Dios y con el diablo deja la puerta abierta para que pequeños sectores se tomen la agenda e inflen sus demandas sin que nadie los reconozca en las urnas. Oye, y es que la democracia, igualdad, justicia social… son algo más que lindos conceptos.