La muerte del carabinero Rigoberto Pérez Candia (47), a manos de unos “burreros”, que lo ultimaron a balazos en acto de servicio el pasado 25 de febrero, no sólo ha conmocionado a la institución, sino también al poblado. “En Ollague somos una familia y él era parte de ella”, admitió una vecina.

El gobernador provincial, Claudio Lagos Gutiérrez, recordó la significativa labor del carabinero en la frontera. “Ellos cumplen una tremenda labor, casi quijotesca en lugares tremendamente alejados, inhóspitos, recónditos. En retenes donde uno ni siquiera imagina, hay un carabinero custodiando un paso fronterizo. Por tanto es absolutamente deleznable cualquier acto que se cometa contra ellos, más en este caso con resultado de muerte. La muerte del carabinero Rigoberto Pérez no quedará impune y vamos a perseguir a los culpables”.

Lagos hizo tales declaraciones, luego de presentar en el Juzgado de Garantía de Calama, una querella contra quien o quienes resulten responsables, del delito de homicidio del carabinero mientras la víctima hacía labores de patrullaje.

“Este episodio ha sido un golpe duro para el Gobierno y no nos vamos a quedar quietos, vamos a perseguir a los culpables y pedir las penas máxima”, manifestó la autoridad, aludiendo al artículo 416 del Código de Justicia Militar y que dictamina: “El que matara a un carabinero que se encontrare en ejercicio de sus funciones será castigado con la pena de presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado”.

Cabe señalar que al término de la audiencia que se realizó esta mañana, el tribunal determinó ampliar a 72 horas la detención del imputado y también se desestimó la ilegalidad de la detención que postuló la defensa del implicado.

Velatorio en Tocopilla

El cuerpo del suboficial Rigoberto Candia, será trasladado hasta Tocopilla, lugar donde reside su familia conformada por su esposa, Danitza Delgado Espinoza y sus hijos, Danitza (23) y Alberto (17).