Opinión: Comunas transformadas en vertederos de basura

19 Febrero 2014

Desde hace un buen tiempo a esta parte al parecer un hecho se está siendo tan habitual, que de tanto verlo se ha convertido en una pésima costumbre, como lo es tirar a la calle todo tipo de basura, desperdicios y cosas en desuso del hogar.

Omar Gonzalez >
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Para hacer un pequeño trabajo casero, esta semana tuve que recorrer varios negocios y establecimientos ferreteros en un amplio sector poblacional de la zona sur de Santiago, por razones obvias no voy a mencionar las comunas, pero me llamo poderosamente la atención un hecho que yo pensaba que solo ocurría en mi comuna, pero lamentablemente no es así.  

Desde hace un buen tiempo a esta parte al parecer un hecho se está siendo tan habitual, que de tanto verlo se ha convertido en una pésima costumbre, como lo es tirar a la calle todo tipo de basura, desperdicios y cosas en desuso del hogar.

En tal sentido y para que se produzca esta insólita pero frecuente mala costumbre, solo basta con que a alguien se le ocurra dejar sus desperdicios hogareños ocultándose en la oscuridad de la noche en algún lugar determinado, (esquina de calle, plazuela, aceras o sitio eriazo), para que al amanecer del día siguiente aparezca un montón de basura que rápidamente se va aumentando tan solo en un par de días, llegando a convertirse rápidamente en un gran cerro de desperdicios, en donde se pueden observar, restos de muebles deshechos, colchones viejos o rotos, plásticos, envases, tarros, trozos de pizarreños, ladrillos, escombros, vidrios rotos, despojos de árboles o ramas, gran cantidad de papeles, cartones, botellas, restos de alimentos en descomposición, bolsas de basura casera, trapería sucia y hasta somieres, neumáticos y animales muertos. 

En tal sentido cabe preguntarnos….¿qué está pasando con los buenos hábitos de aseo y buenas costumbres ciudadanas?. 

Tanto es así que es posible que este lamentable hecho este ocurriendo también en otras ciudades de Chile, generando una práctica que además de  deslucir la imagen de un lugar o sector, se transforman en peligrosos focos infecciosos.

Pero que conste que este hecho rutinario y recurrente en nada tiene que ver con aquellos movimientos de protestas (huelga) que han ocurrido algunas veces con participación del personal de aseo de las Ilustres Municipalidades.   Ajeno a esto, es indudablemente una mala costumbre que reiteradamente se repite dentro de la comunidad sin mayores miramientos, reflejando incultura e inconsciencia ciudadana.

Frente a este fenómeno bien vale la pena hacer un fuerte llamado de atención, dirigido a todas aquellas entidades que tendrían que ver con la fiscalización y solución a estas pésimas malas prácticas, tanto desde el punto de vista municipal como policial y de la conciencia ciudadana. 

Desde el punto de vista de las gestiones municipales,  se observan reiteradas veces,  vanos o inútiles esfuerzos por mantener limpio los distintos sectores que les competen,  obligando y/o  abusando con ello  las consiguientes voluntades de los trabajadores municipales, quienes en forma periódica y reiterativa deben recoger estos restos de basuras, fomentando el mal hábito, el abuso y la irreflexión ciudadana.

Por cierto que para nadie son desconocidas las medidas que  regulan estas anomalías de parte de las autoridades Municipales en relación con la extracción de basura domiciliaria, en especial cuando se deben eliminar restos o desperdicios sobrantes de una eventual construcción o reparación, así como en la poda de árboles, por poner algunos ejemplos, en tales situaciones  solo basta con concurrir a la oficina que corresponda a la Municipalidad respectiva, para solicitar el permiso correspondiente que permita botar estas basuras cancelando una pequeña suma de dinero y evitar así una imprevista multa y lograr un pronta gestión de aseo y limpieza del lugar afectado. 

Conjuntamente con lo anterior, quizás podría ser una buena medida y ayuda para aquellos  sectores marginales o de bajos recursos, abasteciendo y ubicando en algún lugar determinado,  aquellos grandes depósitos o recipientes  metálicos que existen para estos efectos, para que la gente  pueda botar sus desperdicios y luego a través de una maquina recogerlos debida y prontamente.

En consecuencia y sin necesidad de explayarse en este peculiar tema del aseo residente, se hace imprescindible también que las autoridades tomen cartas en el asunto, a través de campañas educativas, y mayor control en algunos casos,  a fin de que tales manías no se sigan repitiendo y  transformando algunos sectores de la ciudad, en verdadero vertederos de basuras y de desperdicios.