¿A qué nos referimos cuando hablamos de solidaridad?

¿A qué nos referimos cuando hablamos de solidaridad?

03 Agosto 2011
Bien conocida es la historia de la solidaridad en Chile, un país lleno de contradicciones sociales que de un momento a otro reflotan y se vuelven tema de conversación obligado en el trabajo, la familia, los liceos y las universidades. Por Mauricio Campillay.
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Bien conocida es la historia de la solidaridad en Chile, un país lleno de contradicciones sociales que de un momento a otro reflotan y se vuelven tema de conversación obligado en el trabajo, la familia, los liceos y las universidades. Y en este Mes Internacional de la Solidaridad no es la excepción.

 

Así lo fue con la llamada “cuestión social”, que muy certeramente abordó Alberto Hurtado con la creación del Hogar de Cristo, institución que aún perdura, generando acción social a través de la convicción de voluntarios -en su mayoría jóvenes- que han sabido dejar de lado un pedazo de sus vidas para poder dignificar la de quienes así lo necesitan. 

Muy recordado es también el caso y ejemplo de la Vicaría de la Solidaridad o de muchas otras instituciones, comités y personalidades que arriesgaron su integridad y sus vidas para denunciar los abusos y sobrepasos a los derechos humanos durante la dictadura militar. 

De una u otra forma, ser solidarios implica dar o perder algo, incluso la vida, lo que constituye el verdadero valor de la solidaridad. Pero cuando se trata de una huelga de hambre, como la que se ha levantado en todo el país para “solidarizar” con la causa educacional que mantiene por un excesivo tiempo a los estudiantes sin clases, y  protagonizada además por menores de edad, hablamos de algo más bien nefasto, poco constructivo y realmente dañino. 

En honor a la verdadera solidaridad y a la víspera que vivimos es necesario que rechacemos este verdadero acto de autodestrucción que tristemente protagonizan numerosos jóvenes empujados exclusivamente por conglomerados políticos anárquicos y de izquierda, instituciones que permanentemente intentan sacar beneficios políticos con las movilizaciones. 

Seamos solidarios. Luchemos por un país más justo, pero con diálogo y entendimiento, no con el chantaje y la conveniencia de quienes confunden solidaridad con aprovechamiento.     

Por Mauricio Campillay Díaz, Coordinador Oficina Municipal de Juventud

Comentarios

Imagen de Mario

Sr. Campillay: Ud. habla

Sr. Campillay:

Ud. habla demasiado, pero lamentablemente fue su partido de la concertación quién se encargó de robar como gao de campo durante 20 años, y aún lo siguen haciendo a través de la alcaldesa marcela hernando las platas que el Estado deriva a las municipalidades para inyectarla en la educación.

Cuéntele a toda la gente como la alcaldesa lo contrató a Ud. por ser del mismo partido y le paga con los fondos públicos que son para arreglar la ciudad de Antofagasta. Cuéntele a la gente que la municipalidad y la cormudeso son verdaderos sombreros de magos en donde se desaparecen los fondos públicos. Y como los apitutados de la concertación que trabajan en esos lugares ganan millones de pesos que deberían ser destinados directamente a los colegios.

Y después Ud. sale rayando la papa con eso de la derecha y toda esa lesera, y fue la concertación quién subvencionó colegios particulares como locos en los 20 años.

¿ Acaso no le pareció mal la educación en ese entonces, acaso no existía el lucro, ni la diferencia en enseñanza que hay con los colegios públicos...?

 

 

Imagen de antofagastino de corazon

el nefasto eres tú,

el nefasto eres tú, Campillay... que sabes de solidaridad, como es posible que la alcaldesa permita que firmes como encargado de juventud municipal cuando a ella se le ha visto en las marchas y movilizaciones, eres un reaccionario y resentido porque tus pares no te pescan, miembro de un partido que en 20 años fue incapaz de dar solucion a los problemas que hoy dia revientan, das vergüenza y avergüenzas a la democarcia cristiana, a la municipalidad y a la juventud de antofagasta y de chile. hablas como si fueras de dercha, momio y desubicado.

Imagen de Rubén

Don Mauricio, mis sinceros

Don Mauricio, mis sinceros respetos a Usted , me interpreta en un cien por ciento, no acostumbro a responder ni calificar lo que se escribe, pero tengo el deber moral de hacerlo, toda vez que Usted escribe el artículo pensando en el bien mayor que son estos jovenes que lamentablemnente están siendo muy manejados politicamente, cuyos resultados, le aseguro, son totalmente inciertos, todo esto, no es un tiro al aire sino una bomba al aire , lamentablemente estos jovenes no asimilan lo que la mayoria de la gente de la ciudad  pretende y espera de ellos.-