Por Sindicato de Trabajadores de EMELNOR

Los socios del Sindicato retornamos con la frente en alto, pues aunque no se lograron las justas y dignas mejoras laborales que merecemos...se avanzó una enormidad como cuerpo laboral, inyectando potencia y preparando el terreno para seguir avanzando. ¡Para obtener mejoras laborales hay que estar dispuesto a perder!  Y así fue, pero se ganó en dignidad y respeto.

Históricamente esta fue una huelga nunca antes vista. Donde el trabajador, el profesional, no habituado a estas luchas alzó su voz y de la noche a la mañana, sin  tener nada planificado para aguantar el movimiento, salió a las calles. Sólo fue aplacada la continuidad por el poder del dinero.

 Quien vive de un sueldo, que por lo general se va en pagos pactados en diversas instancias, no puede aguantar mucho con todas las vías cortadas por su rival. Por eso entendemos a quienes en la urna secreta, dieron un paso al costado. Su opinión tiene tanto respeto como aquellas de terceros, que desde el PC de su casa, con todas las comodidades aseguradas y sin sobresaltos familiares, la entregan extrañados porque los combatientes no continuaron su embestida. Sin apoyo logístico y con una campaña sicológica sostenida, que apuntaba hacia sus familias, cuesta mucho.

 Ha sido una experiencia fuerte, que se ha asimilado y que da fuerzas para pensar en un futuro mejor, con  la frente en alto y demostrando el valer profesional de cada uno de los socios del Sindicato de Trabajadores de Emelnor S.A.

Agradecemos la preocupación de mucha gente que quería otro final. Esta vez no pudimos satisfacer sus deseos, pero fue sólo una batalla unilateral.

Para nadie es un misterio que es muy diferente pelear con rivales en igualdad de condiciones, que con uno de ellos, con un brazo atado a la espalda y la mente puesta en la inquietud por el futuro de los suyos.

Ahora regresamos, aún con  heridas abiertas, pero dispuestos como siempre, como profesionales, a seguir bregando en el día día, con la camiseta institucional bien puesta.

Debemos parodiar , guardando las proporciones, a aquellos artistas que en la pista de un circo, deben seguir con el espectáculo, haciendo reír al público, aunque tengan  el alma herida.

Gracias por comprendernos al cerrar una página de esta historia, mientras el mundo sigue girando. ¡Hasta pronto!