No saben cómo siento la partida de Panchito Bretón. Es un símbolo de nuestro sentir de liceanos y una cierta convicion de ser, de ser cuidadano, de ciertos compromisos sociales, de cierta manera de enterder la vida, de otra manera de entender los valores laicos, de aquella manera de poner al hombre dentro del círculo de la vida, al centro del amor, de los afectos verdaderos, de la lucha por los derechos humanos.

Con Pancho tuvimos algunas diferencias, pero nobleza obliga, tuve el orgullo de luchar por su Ancla de Oro y creo que es una de las mas bellas batallas que he dado por mi liceo de hombres, por mis amigos de corazón, por mis camaradas de clase, de nuestros profesores, de los que ya no están como Alfredo Carrizo, Don Mario, los hermanos Allende y de tantos. Permítanme decirles liceanos de corazón, que es un honor ser y estar con ustedes ahora y siempre.

Intenté ir verlo en mi más reciente visita a Chile. No se pudo.  Al mismo tiempo estaba visitando a mi profe Máximo Gajardo en compañía de amigo y cura Juan Agustin, estaba la preocupación por Emanuel, su salud, su casa, hacer algo con Marco Véliz por los choferes de taxis colectivos, ver con Elazar su evento; con pura voluntad, pidiéndole al Marro el estadio, a Pinines finanzas, a los hoteles alojamientos; al Andrés Salva, un Afiche, a Max Flores voluntarios para ayudar, confirmar la comida de la Escondida que consigió Elazar.

Un gran encuentro con Bernardo Julio con quien me une una eterna amistad y respeto.

¿Por qué les cuento esto? Porque el 22 de septiembre de 1973 cuando fui detenido, y pasé 2 años de carcel y 12 de exilio juré un compromiso de no abandonar jamás mis principios, mi liceo; mis amigos y luchar siempre por la libertad, la democracia, los derechos humanos, la justicia social y estar disponible para mi Chile y mi ciudad siempre. 

Y ese juramento cada vez que paso delante de mi liceo lo reitero y es como una procesión donde se renuevan las lealtades;

Estos últimos días hemos perdido 21 patriotas de lujo en Juan Fernández, hemos pedido a Don Gabriel Valdés, perdemos a Pancho Breton; a título de condolencias les diré una sola cosa; seguiremos hasta el final dando lo mejor a Chile, Antofagasta, a nuestras juventudes y a los más pobres de nuestra patria.

Viva Pancho, Viva el liceo, Viva Antofagasta y Viva Chile Mierda!!

Por Francisco Javier Daniels, desde Besançon Francia