Desde 1989 que en Francia hay una suerte de disputa por utilizar algunos signos religiosos que son considerados como “ostentatorios” y que podrían estar en contra de los valores que representa la comunidad francesa.
Es así como los miembros de la religión musulmana han tenido que soportar los embates de la sociedad francesa, que considera el velo y burqa como una prisión o camisa de fuerza.
La gota que rebasó el vaso fue la sentencia del Consejo de Estado que se negó a otorgarle la nacionalidad a una inmigrante marroquí por vestir una burqa y dejar a la vista sólo sus ojos.
Esta sentencia fue ratificada por el Tribunal Supremo Administrativo francés, pues consideraron que el vestir de esta manera era “una práctica radical de la religión incompatible con los valores esenciales de la comunidad francesa, especialmente con el principio de la igualdad de sexos”.
Es importante señalar que esta medida ha sido respaldada por la gran mayoría de los partidos políticos de Francia, aunque la comunidad musulmana no está de acuerdo, pues sólo los signos de su religión son considerados como ostentatorios y no los de la religión católica por ejemplo.
Foto: burqabeauty [6]
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