Paradigmas del Desarrollo y Medio Ambiente

Paradigmas del Desarrollo y Medio Ambiente

18 Junio 2008
El crecimiento no favorece a toda la sociedad por igual, es más, tiende a favorecer más a unos que a otros. En el caso de Chile, esto se ha vinculado al mantenimiento del modelo económico heredado del período de dictadura. Por V. Grunewald
Veronica Grunewald >
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El cuidado y protección del medio ambiente es una zona frágil en las políticas económicas del país. Estrategias de desarrollo establecidas e implementadas bajo la protección de la dictadura en la década del 70, pasaron como “herencia” a los gobiernos democráticos, pero al contrario de lo esperado, éstas persisten, con alguno que otro maquillaje, dejando una pobre estela de desencanto por lo que no se ha hecho, por las omisiones y los errores en algunas medidas y castigos en casos graves de contaminación ambiental, por ejemplo.
Las acciones de los gobiernos concertacionistas nos hacen parecer desprotegidos y en respuesta, han surgido muchas organizaciones de tipo ONG, que buscan amparar a grupos afectados directamente, como en el caso de la construcción del tranque de relave El Mauro, de Minera Los Pelambres, cuya ubicación es peligrosamente cercana a la localidad de Caimanes, en la cuarta región. Los encargados de la empresa minera consignan millonarios fondos para la estrategia comunicacional, controlando la información que llega a la ciudadanía y estableciendo pagos uno a uno de los pobladores de esa zona. Así, se “compra” la posible contaminación, en caso de algún accidente ambiental que vierta los relaves producto de la explotación minera sobre el Valle Pupío.
El anterior es solo un ejemplo, la amenaza a los glaciares Toro I, II y Esperanza en la faena minera de la transnacional canadiense Barrick Gold por Pascua Lama, atrajo levemente las miradas de algunos hacia esa zona. Nuevamente, desinformación y falta de apoyo a los afectados en forma directa.
Pero la minería es solo una de las actividades cuyo saldo en dólares va mayoritariamente al bolsillo de extranjeros, dejando en Chile la contaminación y la desaparición de especies. En la extracción pesquera la legislación o más bien, la falta o incompetencia de ésta, favorece capitales norteamericanos, holandeses y japoneses, entre otros. Los pueblos o ciudades donde se establecen las grandes industrias no destacan precisamente por su crecimiento y desarrollo o calidad de vida. No surgen brillantes puntajes en PSU o SIMCE, la vida para los pobladores en estas zonas sigue tan pobre como al comienzo, pero con el riesgo ambiental, situaciones que se observan a lo largo del país. Por otra parte, el uso o abuso del preciado recurso agua dulce, que en el planeta constituye menos del 3% de toda las masas de agua disponible, destinado a la extracción minera, el proceso de obtención de celulosa entre otros, hacen uso “legal” de éstos, al tener los derechos de agua en zonas donde esta escasea, por ejemplo en nuestra región, donde incluso, se planea disminuir las áreas protegidas por el Consenso de Washington, para dar facilidades a las empresas mineras, de hacer prospección y extracción.
Sin detenernos demasiado en el análisis es posible ver que la teoría y la realidad demuestran que el crecimiento económico no es neutro. El crecimiento no favorece a toda la sociedad por igual, es más, tiende a favorecer más a unos que a otros. En el caso de Chile, esto se ha vinculado al mantenimiento del modelo económico, que en el fondo es el modelo heredado del período de dictadura con un funcionamiento extensivo del mercado con precios libres, la apertura de la economía al exterior, y rol predominante del sector, de alguna manera, los gobiernos de la Concertación estimaron que era beneficioso mantener el modelo heredado. Es decir, el punto de partida para la democracia fue un modelo económico aparentemente exitoso pero que acentuaba la desigualdad social por las injusticias que arrastraba. Se trató de la continuidad de la eficiencia y competitividad, mejorando sus déficit en lo social, pero ¿qué tan exitoso es el modelo?
La responsabilidad del Estado en nuestro ordenamiento jurídico está señalado en la Constitución política de la República, en el Nº 8 del artículo 19, inciso primero que señala “es deber del estado velar porque este derecho (a vivir en medioambiente libre de contaminación) no sea afectado y tutelar la preservación de la naturaleza”. Por otra parte, si las políticas para combatir la pobreza no integran la dimensión ambiental desde su misma concepción y, por el contrario, se orientan solo en base a criterios de minimizar costos de corto plazo, la calidad de vida de la población puede verse seriamente deteriorada, además de comprometer la sustentabilidad ambiental del desarrollo futuro. Contrariamente a lo que se piensa, cautelar el medio ambiente no significa incorporar un costo adicional, sino una forma de facilitar la continuidad de nuestro desarrollo en el futuro, debido principalmente a que así puede garantizar un flujo y un volumen de inversión internacional más permanente y sólido elevando a la vez la eficacia de los procesos productivos y disminuyendo los riesgos ambientales.
En cuanto al beneficio que aporta a los sectores donde se instalan las grandes industrias exportadores, éste no se refleja en la población. Por ejemplo, en el sector pesca, las industrias instaladas en Coronel o Tomé no han contribuido al mejoramiento de la calidad de vida de estas comunas. El último informe del PNUD sobre Índice de Desarrollo Humano en las comunas del país, las sitúan en los lugares 166 y 201, muy lejos de los primeros lugares entre algo más de 300 comunas. Lo mismo ocurre con Nacimiento y Valdivia.
No basta con que un país posea altos índices de crecimiento económico si este crecimiento no va acompañado del cuidado y protección del medio ambiente. Es cuidar sus recursos futuros. El cumplimiento de las exigencias ambientales internacionales por parte del gobierno chileno se debe realizar en primera línea para asegurar a los chilenos calidad de vida. Esa es su principal obligación moral y ética. Es necesario un cambio rotundo que libere al estado de la identidad libremercadista impulsando un sistema de proyección ambiental responsable y sustentable.
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