Paros y Tomas Estudiantiles

Paros y Tomas Estudiantiles

18 Junio 2008
Algo está pasando; el país navega en aguas turbulentas. Hoy son los estudiantes, ayer los camioneros, anteayer los subcontrastistas de CODELCO, en una saga que parece interminable. Por Rodolfo Schmal
Rodolfo Schmal >
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Diversas universidades estatales han ido cayendo en estado de paro o toma. Algunas llevan semanas, en tanto que otras tan solo días, aunque sin que se visualice con claridad la fecha en que puedan terminar con estos movimientos.
Los motivos que se explicitan si bien varían de universidad en universidad, o de carrera en carrera, tienen como común denominador una suerte de malestar indefinible de raíces aparentemente desconocidas o de carácter difuso, borroso. En algunas, el énfasis está puesto en aspectos concretos tales como los aranceles, el pase escolar o la asignación de crédito universitario; en otras el acento se concentra en temas más abstractos o de naturaleza más políticas como los relacionados con la solidaridad con otras universidades, la ley general de educación, la privatización y el lucro en la educación.
Año a año esta situación es vivida con mayor o menor magnitud según la universidad de que se trate, lo que delata que si existen problemas de fondo, ellos no estarían siendo abordados ni resueltos oportunamente. Actualmente se da en un contexto mundial marcado por las crisis alimentaria y petróleo junto con la incorporación de China e India a la estructura de consumo poblacional. A nivel nacional las protestas estudiantiles están coincidiendo con las de los transportistas sin que las instancias políticas regulares hayan sido capaces de anticiparse a ellas.
Resulta contradictorio que mientras el gobierno de la Concertación logra un gran acuerdo con la derecha a punto de refrendarse en el Congreso, en la calle las protestas, las tomas y paros expresan su repudio a este acuerdo obtenido con mucho esfuerzo, que si bien no satisface plenamente las expectativas de ninguno de los actores, es el consenso al que se ha arribado y que, teóricamente, estaría siendo respaldado por al menos el 90% de la ciudadanía.
O tales protestas, tomas y paros están siendo manipulados por interesados en subvertir el orden público, o son manifestaciones de malestar social generalizado que la representación política instalada en el gobierno y en el parlamento no está recogiendo al transitar por carriles distintos a los intereses ciudadanos.
Las instituciones que están siendo afectadas son establecimientos educaciones básicos, medios y universitarios estatales, no los establecimientos privados, con lo que implícitamente –sin querer- se está tendiendo a fortalecer a estas últimas como lo prueba la tendencia hacia la baja en la matrícula que desde hace décadas están sufriendo los establecimientos educacionales municipales.
En los tiempos que corren, de dominio sin contrapeso del capitalismo luego de la caída del comunismo, me atrevería a descartar la alternativa de la manipulación. Más bien creo que estamos ante una realidad política que rehuye el debate de los problemas de fondo y que no ha sido capaz de enfrentar la marea privatizadora