¡Santo Cielo!
Ha habido 6 resurrecciones del Imperio Romano con la falsa Iglesia a la rastra. El séptimo Sagrado Imperio se está formando ahora mismo. Estas uniones, muy influenciadas por la religión, tienen de todo, excepto lo sagrado. Se menciona a esta unión como algo aterrador. Esto es de acuerdo a las escrituras, pero la gente no lee la Biblia. ¿Y qué hay de la historia? La juventud, al parecer, no lee la historia tampoco. Ha habido una relación entre los emperadores europeos y el trono del Papa. ¿Cuáles han sido esos frutos? ¿Cómo esas uniones encajan con profecías? Por la mayor parte durante la Edad Media, Alemania ha jugado un papel muy importante en la historia de Europa. Ahora con un Papa alemán, ex jefe de la santa oficina de la inquisición y ex militante de las juventudes hitlerianas ¿Qué se ha imaginado usted?
Carlomagno
Durante unas navidades Carlomagno estaba rezando, cuando el Papa le puso una corona nombrándolo el emperador del “Cuarto Imperio Mundial” ¿Qué significa el número 4? Muchos teólogos piensan que este IV reino es el que nombra Daniel en sus libros proféticos. La Biblia dice que habrá solo 4 imperios mundiales en la Tierra. Carlomagno había fallado en subyugar a los sajones, ellos jamás se rindieron a aceptar al catolicismo romano. En una ocasión, de pura frustración, Carlomagno ejecutó a 4.5000 prisioneros. Carlos demoró unos 30 años en resolver el problema de los sajones, pero no sin antes haber matado a miles por sus creencias religiosas. Como emperador de este “Sagrado” Imperio, Carlos vio su deber de expandir su fe católica usando cualquier método disponible. La Nueva Enciclopedia Británica dice que los métodos violentos por los cuales estas tareas misioneras fueron conducidas fueron desconocidas hasta la temprana Edad Media, y el castigo sanguinario impuesto a esos que desobedecían eran “criticados” en los círculos de Carlos (“Charlemagne, Emperor,” volumen 4).
El Sagrado Imperio Alemán
Cuando el Imperio de Carlomagno se disolvió, una parte pasó a ser Francia y la otra Alemania. Pero fue otro alemán, Otto El Grande, el primero de una cadena de emperadores alemanes que volvieron a dominar la escena política y del poder y por los siguientes 800 años se pasaron a llamar “Emperadores Romanos de la Nación Alemana”.
Antes de todo esto, Alemania era un grupo de tribus, pero al ponerles el título de imperio, inmediatamente ellos adoptaron actitud de sangre azul y de sociedad imperial, enorgulleciéndose de tener nombres alemanes.
La Enciclopedia Británica dice que Otto “era sujeto a violentos arranques de pasión” y que “sus políticas eran las de aplastar tendencias de independencia” (“Otto I,” edición 11, volumen 20). Por mucho tiempo los emperadores alemanes sabían que la vía dolorosa hacia el poder era a través de Roma y los Papas católicos sabían que la única manera violenta de desparramar su religión, era la de llevar a la rastra a una bestia terrible con una espada filuda en la mano.
Federico II fue el último gran emperador de este periodo alemán imperial y fue un gran rey. Él pensaba que el gobierno ideal era un gobierno totalitario. Y tal como los otros emperadores, se creía tan devoto y religioso, que en 1224 estableció una ley donde se permitía quemar herejes en la hoguera. Después de Federico, el imperio pasó por un periodo de letargo hasta que los Hapsburg y la casa de Ferdinando e Isabela de España produjeron un emperador, Charles. Durante la ceremonia del joven Charles, se le hizo las preguntas tradicionales de defender la fe católica y pagar homilías al Papa y al imperio. “Lo haré” respondió el emperador y, entonces, ascendió a la cúspide de su poder cuando la diabólica inquisición romana y española estaba en su apogeo en Europa. Las llamas del amor entre Iglesia y Estado se habían prendido una vez más.
Aproximadamente 40 millones de personas fueron asesinadas durante la llamada “sagrada” inquisición cual vacuna de pesadillas para los herejes a la fe católica. Los romanos y españoles virtualmente eliminaron el protestantismo en sus países. El mundo quizás no ha visto un periodo más oscuro que los siglos XIV, XV y XVI. La cruza de esta unión entre la bestia política y la iglesia falsa no han sido jamá sagrado. ¿Cómo algo tan demoníaco puede aparecer tan religioso y piadoso en Chile y el mundo?
La biblia tiene la respuesta, es hora de sacarle el polvo a su Biblia, se pondrá en shock al saber lo que viene en el futuro. ¿Lo echarán a los hornos de exterminio si no tiene una marca en su frente? Esté preparado, sea vigilante. La próxima nota será en Hitler y el Imperio Romano.
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