El grupo social denominado clase media, parámetro que se usa frecuentemente en los análisis económicos del país, ha sido motivo permanente de controversias dada la constante exclusión que ella experimenta en la repartición de los recursos del Estado, aflorando de inmediato los complementos clasificatorios de clase baja y clase alta y al visualizar solamente a estos tres grupos como representativos de una sociedad, ello permite que cada sector luche independientemente por sus propias necesidades involucrando en estos parámetros a varios millones de personas.
La realidad social, parece decir lo contrario produciéndose un desequilibrio entre un grupo y otro, cuyos sensores de medición determinan la ayuda que el Estado otorga a manera de subsidios o aportes directos a los más desposeídos y que para sobrellevar dignamente su vida personal y familiar debe recurrir permanentemente a los aportes que el país pueda entregar, caso contrario la calle es el escenario donde manifiestan sus inequidades y posibles soluciones.
Se supone que la clase media la constituyen los profesionales, técnicos, empleados públicos, particulares y otros, dadas sus condiciones socio económicas que le permiten usufructuar de una renta mensual satisfactoria a pesar de las grandes diferencias que puedan existen en sus remuneraciones.
La duda subsiste en determinar cuáles son los indicadores precisos por los cuales se tabulan estos grupos heterogéneos en su constitución social.
Determinar a un sector social es estratificar socialmente a las personas dentro de un contexto de clases según sus ingresos económicos, por tanto se produce una jerarquización de acuerdo a la actividad productiva que cada individuo realice en su medio o institución.
Este grupo de individuos tiene la posibilidad de logar escalamientos o ascensos en una función específica, que generalmente dura toda una vida y disminuye drásticamente cuando jubilan.
Qué pasa entonces con el gran sector de pasivos, que hoy sobreviven con las rentas que perciben por servicios prestados a la sociedad y que viven un mundo de zozobras económicas y que no están estratificados en los parámetros que los gobiernos manejan para su toma de decisiones.
Sería conveniente que se dijera claramente quienes forman esta tan vilipendiada clase media que muchas personalidades del poder político usan para fundamentar sus plataformas electorales y se diga con claridad meridiana por qué no son partícipes del apoyo que otros sectores reciben con alegría y con justicia, por supuesto.
Foto: makarenko
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