En los establecimientos educacionales se conmemoran los principales acontecimientos históricos en que a nuestro país le ha correspondió ser uno de los actores, pues, son materias estipuladas en los programas de estudio emanados del Ministerio de Educación en cuya elaboración participan destacados profesionales de la educación con consulta a eminentes historiadores.
Se recuerda cada 21 de mayo con especial sentido patriótico, el aniversario del combate naval de Iquique y se destaca el valor del capitán Arturo Prat, cuyo barco se hundió en la rada de Iquique y que junto a integrantes de su tripulación saltó al abordaje del acorazado peruano Huáscar, donde generosamente dio su vida en aras de la patria.
Se hace mención especial a la generosa actitud del héroe peruano Miguel Grau al enviar a la viuda, los efectos personales de Prat junto a una afectuosa carta reconociendo el valor del insigne marino.
Se recordaba en el año escolar hechos bélicos acontecidos durante la guerra del pacífico con triunfos y derrotas y siempre fueron analizados con respeto y dignidad para vencedores y vencidos.
Nunca los profesores han emitido en sus clases, palabras hirientes hacia nuestros circunstanciales enemigos, ni degradar su nacionalidad.
Lo que sí se estudia, son las causas que provocaron dicho conflicto internacional y en las cuales se demostraba con hechos concretos que no fuimos nosotros los obsesionados por la guerra.
Los hechos y el tiempo transcurrido han demostrado que los acontecimientos suscitados no fueron como se enseña en los colegios a los alumnos y al pueblo hermano en general, provocando en su población un estado de antagonismo y odiosidad que se siente en el ambiente y que a la larga impregna los corazones de sus ciudadanos que sin darse cuenta incuban el odio envenenando la mente de sus niños.
Volviendo a evocar los tiempos de estudiante, no recuerdo a mis profesores emitir un concepto hiriente o de mal gusto hacia nuestros vecinos del norte, ni degradar su conducta belicista.
Fuimos formados como profesionales de la educación, con espíritu pacifista y respetuosos de su prójimo y con estos mismos criterios se educan hoy día a los niños de Chile, inculcándoseles el amor a la patria y el respeto a nuestros héroes.
A ellos hay que recordarlos siempre con respeto y proyectar su imagen a futuro para construir la paz en hermandad y desterrar definitivamente el fantasma de los conflictos que sólo traen desgracias, angustias y desolación entre pueblos hermanos que se necesitan mutuamente.
Foto: saulwalkerf
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