La Nostalgia es Mala consejera

La Nostalgia es Mala consejera

29 Noviembre 2008
En la historia de la humanidad han habido destacados personajes políticos, artistas y científicos en calidad de exiliados y algunos murieron en tierras extrañas soñando en regresar algún día al suelo que los vio nacer. Por Hugo Pérez White
Hugo Pérez White >
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Volver a la tierra donde se ha nacido es un imperativo somático, síquico y antropólogico que influyen en la atracción que ejerce el lugar donde se nace.
Somos como los salmones, que después de nadar contra las corrientes oceánicas dejan a su paso hasta la vida, para llegar finalmente a su lugar de origen, desovar y morir lentamente.
El exilio es en síntesis, el estado anímico de un individuo al estar lejos de su propia tierra, país o ciudad y se conoce también como expatriación la cual puede ser voluntaria o forzada.
En la historia de la humanidad han habido destacados personajes políticos, artistas y científicos en calidad de exiliados y algunos de ellos murieron en tierras extrañas soñando en regresar algún día al suelo que los vio nacer.
Por esta causa, el exilio es una de las penas más grandes que puede sufrir el ser humano ya que ser expulsado de su patria, de sus amigos, de su entorno, de su aire, de sus costumbres e idiosincrasia, es como quitarle a las personas el deseo de vivir.
El exilio voluntario es diferente, porque ante cualquier rasgo de nostalgia, que de hecho se produce, se puede volver al lugar que lo vio nacer.
Son muchos los que abandonan todo los bienes materiales logrados durante muchos años de trabajo e incluso dejan sus afectos sentimentales de parentesco por ir a otros lugares en busca de mejores horizontes.
A veces lo logran con creces y se acostumbran a la nueva vida, pero en algún momento la añoranza surge en la mente y el corazón, como una bomba de tiempo que en cualquier momento puede explosionar.
Quienes han experimentado la nostalgia por sentimientos de ausencia al primer obstáculo surge las ansias de regresar, como esperando el subterfugio oportuno para justificar la acción, a pesar de la amargura que trae aparejado el supuesto fracaso personal.
La nostalgia no tiene ninguna explicación que la justifique, sin embargo ella existe y es inherente al ser humano y no podemos despegarnos de ella.
Sentimos nostalgia cuando recordamos a algún amor perdido, el recuerdo de algún ser querido, los juegos infantiles, la refrescante brisa marina, el atardecer multicolor de los cerros o la lluvia del sur.
El escritor español José Hierro hizo una analogía sobre la nostalgia y la poesía y en uno de sus fragmentos dice… ”la poesía es como el viento o como el fuego o como el mar; hace vibrar árboles, ropa, abrasa espigas, hojas secas, acarrea en su oleaje los objetos que duermen en la playa…”
Todo un poema que incita a meditar y a luchar permanentemente con la angustiante nostalgia que en ocasiones destruye el alma y acelera el corazón.
Foto: monkeyish_stu
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