Corrigiendo el Modelo Ecónomico

Corrigiendo el Modelo Ecónomico

15 Diciembre 2008
Lo primero que un gobierno debe pensar es ¿Quién sirve a quién? El ser humano a la economía o la economía al ser humano. Con este artículo intentamos responder esto, hacer un análisis del Modelo Económico Chileno. Por Rodrigo Antilef
Rodrigo Antilef >
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Hace un par de semanas compartí un artículo con ustedes sobre un Diagnóstico de una sociedad en crisis, explicando la realidad de nuestra región, en parte del país, sobre los problemas que nos afectan, en este nuevo texto, voy a centrarme en el modelo económico, para que después discutamos soluciones reales y concretas, para que de una vez por todas se haga un cambio de camino que sea pavimentado para todos los chilenos, no sea exclusivo para el 7% del país.
En Chile se creo una democracia que pone en su centro a la justicia social como eje del desarrollo, aunque para esto se requiere cambiar la constitución e incorporar mecanismos democratizadores de la economía que vayan más allá de medidas paliativas a las PYME, reforma laborales desprotectoras de los trabajadores o reducciones tributarias que debiliten a nuestro estado, sino buscar que resuelvan la desigualdad, garantizando la competencia, regulando que los intereses de la autoridad pública no sean de pertenencia de grupos controladores, así cambiar de una vez “la miseria”, que estamos acostumbrados a recibir por fortalecer a los sectores medios y pobres de nuestra país.
Estamos experimentando por años y años una realidad socioeconómica que nos disminuye como personas y resquebraja la unidad familiar. No son situaciones aisladas. Las vemos en nuestro entorno, en el de muchas personas, viendo que es un fenómeno colectivo que esta dañando el alma nacional.
Esta realidad que hacemos alusión se conforma de un cuerpo doctrinario y un sistema de vida que ha recibido el nombre de “modelo” que funciona de tal forma que los legítimos cuestionamientos que se le hacen, son a la rápida y olímpicamente ignorados por el entorno perverso que lo protege y perpetúa. Su sostén es misterioso y de alcance desconocido.
A pesar de las críticas, se defiende una política que al concentrar las inversiones y mercados favorables o no más del 10% de la población y de paso han limitado las posibilidades de crecimiento del país a niveles paupérrimos de un 2,5% del Producto Interno Bruto, excluido el cobre y derivados, es uno de los más bajos de Latinoamérica.
Vemos que se ha formado una red de influencia poderosa y transversal que cuenta – equivocadamente y en perjuicio para ellos mismos- con el enorme respaldo financiero de los poderosos, que protege este modelo con una coraza aparentemente impenetrable.
El debate de la corrección de este modelo férreo y que pocos se han atrevido a desafiar viene de hace años, pero ciertos fracasos, en especial el bajo crecimiento del país y la mala distribución del fruto del progreso, hacen imprescindible la tarea. Por el bien de Chile.
No podemos, sin embargo, decir que nada se ha hecho o que partimos de cero. En los gobiernos de la concertación se lograron dos hitos uno político, como recuperar la democracia y otro social como eliminar el 50% de indigencia.
Pero en el punto de vista económico, se rechazó abordar cambios profundos para no dificultar la transición, pero después se olvidaron de los principios, sucedió una suerte de conversión de la dirigencia de la Concertación al modelo neoliberal, concentrador y oligopolístico. Se mimetizaron con el modelo.
Como resultado para esto fue un continuismo malsano para la mayoría de los chilenos, pero el modelo siguió profundizándose pasándose a una economía pesada de corte monopólico, concentrador, con fuerte ingerencia del sector privado en las decisiones gubernamentales, porque no como un cuarto poder. No sólo se produjo la captura del Estado como ente regulador, sino que el gobierno mismo se entregó a los intereses particulares.
El modelo económico fue aceptado por los principales conglomerados sin análisis, objeciones y mucho menos adaptaciones a nuestro país. No solo vivimos en una economía de mercado, sino llegamos a una ruptura entre lo político y lo económico, llegando a un vacío ideológico, pero aun más grave a un vacío ético. Para la mayoría de los chilenos no es cada vez más difícil encontrar algo que diferencie el discurso de un UDI, PS, RN, PPD o DC.
La corrección del modelo no procura una economía socialista, ni cubrir las iniciativas con un saco de impuestos que ahogan la iniciativa privada, ni tienen que ver con la identificación de un Estado Todopoderoso que dictamine lo que uno puede o no puede hacer. Por ende no pretende dar marcha atrás hacia políticas obsoletas ya superadas por el progreso. Sino todo lo contrario.
Extrañamente no están en esta postura, algunos representantes políticos que en forma natural deberían defender posiciones como las expuestas. Pero no tengo duda que estas propuestas son sentidas por la clase media y los trabajadores, están latente en nuestro pueblo, en los desencantados de la política y en los sin voz de la concertación.
Esta tarea no se solucionará con una crónica, con que alguien diga lindas palabras, se requiere un compromiso de mucho, de nosotros solo depende entregar nuestra visión que se empiece a hablar de este tema.
Foto: oooh.oooh
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Comentarios

Imagen de Antonio Sánchez E.

Creo que criticar la

Creo que criticar la economía de mercado a partir de lo que sucede hoy en nuestro país no es completamente correcto. Mas bien, en nuestro país es posible hoy identificar hacia donde tiende una economía de mercado cuando no es regulada correctamente. La actual concentración del mercado justamente está en contra de los supuestos que deben existir para que una economía de mercado funcione correctamente.

El que exista en determinados rubros sólo dos o tres actores, que representan más del 90% de dicho sector obviamente es la fuente de distorsiones y abusos como los que se han denunciado recientemente y que algunos hemos advertido que ocurrirían desde hace más de 10 años.

No sólo se dan estas distorsiones en grandes empresas, tenemos un ejemplo muy cercano, el que las autoridades locales tengan que ?pedirles? a los gremios del transporte, específicamente a los taxis colectivos, que traspasen a los consumidores los menores precios de los combustibles, es una demostración que el mercado no está funcionando. N un mercado en competencia perfecta, toda disminución de los costos, debería hacer bajar el precio de equilibrio sino es así, es decir que hay otros factores que están impidiendo que eso suceda.