Los discos que no atreves a escuchar: Robert Wyatt – Rock Bottom (1974)

Los discos que no atreves a escuchar: Robert Wyatt – Rock Bottom (1974)

18 Mayo 2010
Rock Bottom tiene de todo, aunque lo que más prevalece es el sentido oscuro, melancólico y hasta tétrico de cada una de las seis composiciones que conforman la placa. Por Iván Ávila.

Iván Ávila >
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Robert Wyatt es para mí, uno de los más desconocidos grandes músicos del rock de los últimos cuarenta años. Integrante y fundador de tres de los más destacados proyectos de la escena Canterbury de fines de los 60 en Inglaterra (me refiero a The Wilde FlowersSoft Machine y Matching Mole), su vida sufrió un cambio radical al caer de un cuarto piso y perder la movilidad de sus piernas. Wyatt no se amilanó. Cambió las baquetas por los teclados y aunque en 1970 ya se había despachado un más que digno disco solista, The End of An Ear, no fue sino hasta cuatro años después y recuperación de por medio, que liberó esta verdadera pieza maestra de la música contemporánea. 

Es que Rock Bottom tiene de todo, aunque lo que más prevalece es el sentido oscuro, melancólico y hasta tétrico de cada una de las seis composiciones que conforman la placa, una pieza fundamental en la discografía que nos regaló la década de los 70. Partiendo por los constantes coqueteos con el jazz, jugueteos cercanos al siempre inadivinable avant garde y letras tan enigmáticas como profundas, etéreas en la voz sedosa de Wyatt que ha reiterado en muchas ocasiones que se trata de un disco "positivo", aunque la mayor parte de los fanáticos no concuerde con la opinión del autor. 

Es que las noches de niebla se convirtieron en melodías para esta producción, en la que además del predominante y cadencioso sonido del bajo de Richard Sinclair y Hugh Hopper (compadres de Wyatt desde los tiempos de Soft Machine), destaca la utilización que Wyatt hace de los teclados, mismos que generan densas atmósferas e intensos solos que invitan a un paseo por profundos parajes de la mente. Un disco introspectivo que minuto a minuto va sumergiendo al auditor en un ambiente de nostalgia, angustia y hasta temor. Y agradezcan que sólo se trata de cuarenta minutos de brillantes composiciones. 

No sólo Sinclair y Hopper colaboraron con Wyatt en esta obra maestra. También vemos a otros notables músicos hacer su aporte en las pistas de Rock Bottom. Entre ellos, el multinstrumentista Mike Oldfield, el brutal Fred Frith en viola, Laurie Allan en batería e Ivor Cutler. Todos confluyen en el extraordinario sonido de esta placa que comienza con Sea Song, una especie de balada dirigida por el piano y la voz de Wyatt, que navega por los fríos mares de la nostalgia con una ductilidad difícil de igualar.

Ya con el siguiente tema, The Last Straw, podemos saborear algo de jazz, pero siempre en un ambiente tenue y cargado de emociones. Pero desde Little Red Riding Hood Hit the Road es que nos involucramos de lleno con las secciones más sombrías del autor, en base al juego de clarinete, saxo y trompeta (a cargo de los señores Mongezi Feza y Gary Windo) que genera una atmósfera agobiante pero, al mismo tiempo, de sueño secuencial. De aquí en adelante, los paisajes se tornan cada vez más sombríos y volátiles. La suite formada por Alifib y Alife es realmente memorable debido al delicado trabajo rítmico y a la pulsante progresión de cada una de estas composiciones, que desembocan en la notable Little Red Robin Hood Hit the Road, una pieza que no deja de ser épica en el particular estilo de Wyatt y que es capaz de generar momentos de impávida tensión. 

Les recomiendo este viaje por las entrañas del señor Robert Wyatt. Y disfrútenlo, porque como solista no ha editado más de diez discos en forma oficial, aunque, sin lugar a dudas, es Rock Bottom la pieza maestra de la discografía de uno de los más grandes y desconocidos músicos del rock contemporáneo... Bueno, quizás la reciente Comicopera pueda hacerle el peso, pero sólo el tiempo lo dirá... 

A modo de nota editorial, quiero mencionar una curiosidad. Desde hace algunos años, en los ambientes subterráneos de Inglaterra, se está usando el verbo "wyatting", al menos el blogs y magazines e música. La acepción (que sería digna de un Exonario), se refiere a tocar música freak en alguna fiesta o pub con el sólo fin de molestar a los asistentes comunes y corrientes a estos lugares. Ante esto, Wyatt declaró lo siguiente: "Creo que es realmente muy divertido. Me honra la idea de haberme convertido en un verbo. Pero realmente no trato de desconcertar a la gente (con mi música), aunque cuando trato de ser normal, de todas formas desconcierto a la gente". 

¿Qué tal? Todo un personaje, Mr. Wyatt... 

 

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Comentarios

Imagen de Oscar D'Arcangeli A.

Sea song me cala los huesos,

Sea song me cala los huesos, es que es muy desgarradora como la canta...en general un tremendo disco.