Si hay un partido político que perdió (aún más) protagonismo después de la derrota electoral de Enero y que creo está encaminada a la prescripción es el Radical (PR); un partido con más de 140 años de riquísima historia en Chile, pero que inexplicablemente al restablecerse la democracia a fines de los 80, se resignaron con masoquista paciencia y algunos pataleos a ser el pariente pobre de la Concertación.

Este partido, que condujo el país con Aguirre Cerda, Ríos y González Videla, pareciera condenado a morir bajo el peso de su propia historia; como si esa herencia revolucionaria le impidieran evolucionar en algo más atractivo. Como los siúticos se apurarían en llamar: reinventarse. Y es que parece que en la era del mensaje de texto, de la información en no más de 140 caracteres, el PR no tiene espacio.

Sus números tampoco son muy alentadores. Un Senador, cinco Diputados, once alcaldes y poco menos de 150 concejales señalan que el radicalismo posee algo cercano al 7% del apoyo electoral (algunos dicen que el 10). Raspando la olla se han salvado de que, como a los comunistas, el Servicio Electoral les diga, chiquillos... hasta aquí nomás llegaron. Sus primos ricos (PPD, DC y PS) se las han arreglado para recordarles esta situación a cada rato e, informes matemáticos incluidos, esclavizar al pariente entregándole la ropa que les quedó chica, los muebles viejos y, en el mejor de los casos, una mediagua en comodato.

Es decir y resumiendo: los persiguen los gladiolos.

Eran las 12:49 (de ayer lunes 17 de mayo) cuando José Antonio Gómez cruzó la puerta de su oficina del Senado en Santiago. El Presidente del Partido Radical y además Vicepresidente de la Cámara Alta sonríe al verme. Y es que no podía publicar esta opinión sin saber antes qué piensa el principal líder y responsable del futuro del PR.

Los cafés no tardaron en llegar y seguro de que esa sonrisa se borraría de un plumazo, le comenté mi tesis sobre el futuro del partido. No sólo siguió sonriendo, sino que se dio el trabajo de debilitar una a una mis interpretaciones, aceptando como válidas algunas, pero presentando su esperanza para todas.

¿No te cansas de que tus socios insistan en tratarlos como el pariente pobre?.

- Por supuesto. Cuando tomamos la decisión de sumarnos a la Concertación lo hicimos pensando en que se abrirían espacios de participación y acción política relevantes. Pero nos hicieron sentir que no pertenecíamos a la aristocracia, a la elite política del momento y ahí nos  dimos cuenta que el trato no sería igual y que tendríamos que esforzarnos el doble por poner nuestras ideas y convicciones sobre la mesa.

Pero ya llevan 20 años en esto, ¿no es masoquismo?.

(Se ríe) - No. Entendimos que esa era la situación. Yo siempre pongo como ejemplo que hay algunos que suben el cerro trotando por los caminos pavimentados, mientras que nosotros nos acostumbramos a subir por los senderos. Es más difícil, pero igualmente llegamos a la cima.

Pero parece que mientras ellos avanzan, el PR se estanca.

- Lo que pasa es que nosotros hablamos cuando hay algo que decir. No somos de los que hacemos conferencia por cualquier cosa.

¿Pero entiendes que esas apariciones, por muy absurdas que sean, ayudan a mantener vigente el partido, no?.

- Tienes razón. Pero no estamos dispuestos a figurar por figurar.

¿Qué futuro tiene el PR?. ¿De qué manera pretenden competir sin las polillas que roban cámaras y micrófonos por todo?.

- Hoy no estamos en el Gobierno y eso facilita mucho las cosas. En cierta forma, es como comenzar desde cero. Por lo pronto, ya estamos trabajando para enfrentar de la mejor manera las próximas elecciones municipales. Estamos desplegados en todo Chile, buscando gente, mostrando nuestros principios y abriendo las puertas del partido a todos los que se sientan interpretados con ellos. Es un trabajo que nos entusiasma y queremos que mucha gente se sume. Con tiempo, con planificación. Haciendo bien las cosas.

Me parece estupendo, pero ¿qué harás cuando llegue el momento de sentarse a negociar los cupos con tus socios de la Concertación?. ¿Qué pasará con aquellos que entusiasmaste y queden fuera porque esa comuna o concejalía ya tiene dueño?.

- Esta vez no vamos a aceptar que se nos impongan cosas.

¿Qué quiere decir eso?.

- Tengo confianza que el trabajo que presentaremos para enfrentar la elección municipal con éxito será bien recibida. Pero te insisto en el punto, no vamos a aceptar que se nos imponga nada y si eso ocurre, pues en ese momento tomaremos las decisiones pertinentes, incluso si eso nos lleva a salir de la Concertación.

¿Qué cosas aceptaron antes que hoy no consentirían nuevamente?.

Por ejemplo, para las primarias con Frei, después de que intentaron por todos los medios de que desistiéramos de competir en primarias, finalmente se pusieron de acuerdo entre ellos y diseñaron un sistema que lamentablemente nos vimos obligados a aceptar. De no hacerlo, el castigo era que nos expulsarían de la Concertación.

¿Me vas a decir que los amenazaron con echarlos de la Concertación?.

- Así es. En ese momento la situación en la Concertación ya era crítica y no queríamos agravar más las cosas. Por eso te digo que nos vimos obligados a aceptar las condiciones que se nos impusieron. Pero eso no volverá a repetirse.

¿En ningún momento se te pasó por la cabeza bajar tu candidatura?.

- Hubo un momento en que pensé que podrían bajarnos. Pero Frei cometió un error y fue apresurarse a decir que lo apoyaba Ricardo Lagos. Hubiese bastado que Lagos me llamara públicamente a declinar mi postulación en aras de la unidad de la Concertación para que me bajara. Eso hubiese sido demoledor para nosotros. Pero no fue así. Ese error de Eduardo Frei, de cierta manera, precipitó que los próceres se mantuvieran al margen y se realizara la primaria.

¿Pero igualmente te acusaron de traidor?.

- Si, pero jamás dejamos de luchar por darle participación a la ciudadanía. Sabíamos que la única manera de entusiasmar a la gente y dar legitimidad a quien enfrentaría después a Piñera, era a través de primarias. Bueno, después de cómo se desenvolvieron las cosas, Marco vio la oportunidad y ya conocemos lo que ocurró después.

En diciembre renunciaste a la presidencia del PR. ¿No se te ocurrió preguntarle a los demás si harían lo mismo?. ¿No fue un error renunciar sin tener la certeza de que tus pares harían lo mismo?.

- Tome esa decisión sólo. Sentí que era mi deber hacerlo. Por coherencia política y porque creí que sería una señal positiva. No la consulté con ninguno de mis pares. No tenía porqué hacerlo tampoco.

Las vacaciones te duraron 22 días, hasta que Fernando Meza renunciaba a apropósito de un acuerdo administrativo con la Alianza y el PRI para gobernar la Cámara de Diputados. ¿Porqué volviste?. ¿No había otro?.

(Más risas) – Créeme cuando te diga que fui el último en ofrecerme. Esto es una maquina de moler carne. Siempre alenté a otros a asumir el desafío, pero por unanimidad se decidió que yo era el único capaz de evitar que el partido se fraccionara.

¿Tan terrible era el acuerdo?.

- No. El acuerdo no era el problema, sino que teníamos la certeza que no se entendería la diferencia entre acuerdo político y administrativo. La cuestión no se manejó con el cuidado necesario y se transformó en un problema que ponía en riesgo la unidad del partido.

La secretaria entra a la oficina y le recuerda que tienen que estar en cinco minutos en una ceremonia. Pensé que en cinco minutos podría hacer una última pregunta y al ver que José Antonio estaba igual de embalado que yo, seguimos la cháchara.

¿Porqué el PR no tiene una exposición mediática más voluminosa?.

- Como dijiste, nos faltan polillas. Es una debilidad nuestra de estos tiempos. Pero también porque la maquinaria de los partidos de la Concertación influye en que se nos trate y perciba como el pariente pobre. Por ejemplo, ¿porqué no nos invitan a programas como Tolerancia Cero?.

Es una buena pregunta. ¿No será que tienes que imitar el discurso de renovación de los otros partidos?.

- ¿Cuál renovación?. En el PPD postula la misma Carolina Tohá que salió en la portada de La Nación (cuando era Ministra vocero) pidiendo que me baje. La misma Carolina Tohá que hoy predica que hay que renovar la política, que hay que hacer primarias, que hay que abrir los partidos a la ciudadanía, que ruega por más participación y no más exclusión. Matías, si esto es algo que el Partido Radical vienen poniendo hace rato sobre la mesa y ninguno de los que hoy dice encarnar la renovación de la política hizo algo para avanzar cuando lo propusimos. ¿De esa renovación me estás hablando?.

Lamentablemente no podemos dilatar más la plática. Al despedirnos le digo que lo más probable es que no le guste lo que escriba. Su respuesta me entusiasmó: “No tiene que gustarme y te agradezco la conversación”. Nos amenazamos mutuamente con seguir en contacto y sinceramente eso espero.

Si bien no he modificado una coma mi diagnostico preliminar, por lo menos el reloj de la duda nos regalará un tiempo adicional para ver si Gómez y compañía logran materializar sus sueños. Ya sea po porfía, idealismo, venganza, tradición o la razón que se les ocurra, ojalá que así sea, ¿cierto?.