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Trabajé durante tres años muy de cerca con los recolectores de la Chimba. Ellos se han organizado y presentado propuestas a las autoridades municipales y del gobierno regional para salir de su situación, por ejemplo, a través de la profesionalización de sus actividades de reciclaje. Lo único que han recibido han sido promesas incumplidas.

Estoy seguro que las autoridades los mantienen ahí a propósito, como un modo de esconder lla pobreza debajo de la alfombra.

Mis felicitaciones a Paulo por levantar este tema.