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Cada Alcalde desde su comuna, cada Legislador desde la Cámara de representante (se advierte flojera en este ámbito), cada ciudadano desde su casa debe apoyar esta y otras iniciativas de rechazo a la sobrexplotación de esta sufrida tierra nortina, la gratuidad de uso de carretera, es sólo uno de los tantos logros por conquistar. Que el estado se haga cargo de estas obras, con el concurso de las mineras que más ocupan y deterioran los caminos, pero con inversiones adicionales, y no con impuestos. Más adelante, cuando las obras generen una dinámica económica (corredor Bioceánico entre otras posibilidades), para efectos de mantención y renovación y no para financiar la construcción, podremos hablar de cobros. Los estímulos deben estar en las regiones, Santiago no debe seguir creciendo, pues crecen sus problemas, y nosotros, las regiones productoras, pagamos las tremendas obras que se requieren para solucionarlos.