Hacer un comentario

Comunidad Gen: regresar a la tribu en armonía con la naturaleza

03 Julio 2020

Si alguien creyó que el distanciamiento físico iba a debilitar la organización comunitaria de base territorial en este periodo de crisis sanitaria, podemos apreciar lo contrario. 

Paula Orellana Uribe >
authenticated user Corresponsal Corresponsal Ciudadano

Por Paula Orellana Uribe.

Periodista 

Doctora en Antropología Social y Diversidad Cultural

Socia de Corporación Gen

La cuarentena obligatoria, la imposibilidad de reunirnos con familiares y amigos; la separación física, el control de movimiento, la violenta presencia militar en las calles, para evitar contagiarnos de Covid-19, gatilla puntos de reflexión, y despierta el anhelo de relacionarnos de manera armónica con la naturaleza, plantearnos nuevos vínculos comunitarios, buscar otros espacios de encuentro. En fin, regresar a la tribu. 

Si alguien creyó que el distanciamiento físico iba a debilitar la organización comunitaria de base territorial en este periodo de crisis sanitaria, podemos apreciar lo contrario, dado que cada vez, adquiere mayor protagonismo, siendo una respuesta inmediata desde la gente para solucionar sus problemas, es que han surgido las ollas comunes ante el hambre y el trueque como forma de intercambio ante la falta de trabajo y dinero. Debido principalmente a la escasez de medidas sociales urgentes por parte del Gobierno para resguardar la vida de lxs chilenxs.

Estas dinámicas sociales que no requieren de la concentración de personas en un espacio físico para ser efectivas, comienzan a activar amplias redes colaborativas que operan silenciosamente, las cuales podrían derivar en procesos de transformación social profundos, orientados en la búsqueda del bien del otro. En el actual contexto chileno, la organización comunitaria resulta ser un acto de resistencia en sí misma, que espero perdure en el tiempo, para que cuando salgamos a la calle, hayamos aprendido que el reagruparnos por un fin común, puede ser además de humano y solidario, un motor que impulse el cambio de las estructuras de poder.

VIAJE AL PASADO

Para ejemplificar esto, quiero hacer un viaje al pasado. En 1983, siendo una época difícil de la historia sociopolítica chilena, a 24 kilómetros de Antofagasta, se crea la Corporación Gen más conocida como Comunidad Gen, una organización sin fines de lucro, que ha aportado al desarrollo científico, cultural y ecológico de la Región de Antofagasta.

Pese a estar en plena dictadura, en donde las reuniones estaban restringidas, habiendo una fuerte represión al libre pensamiento y con altos niveles de cesantía que golpeaban la economía, un grupo de personas de diversos intereses y disciplinas, mayoritariamente profesores exonerados, se reúnen para gestar Corporación Gen. 

Tras una intensa búsqueda por el desierto del lugar apropiado, lxs socixs fundadores finalmente encuentran y se instalan en la antigua Estación Uribe, una de las paradas intermedias del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia donde se recargaban con agua las máquinas de vapor para continuar su recorrido, la cual, a principios de los años 80, estaba en desuso y desmantelada por FCAB.

Contar con un lugar para compartir momentos de conversación, sueños, camaradería, pensamientos y experimentación, se transformó en la semilla del futuro oasis, cuyo vergel cobija significativas hazañas, fusionando el desarrollo de una visión científico-humanista, intercambio y generación de conocimiento en su sentido primigenio.

El oasis de Gen, plantado y florecido gracias al cuidado y esfuerzo de sus socixs. En 37 años de existencia, ha sido testigo de episodios históricos, algunos poco conocidos y memorables, como la vez en que el escritor Andrés Sabella en presencia de los miembros de la comunidad, enterró en Gen su novela Norte Grande (en agosto de 1987), motivado por hacer un testimonio de denuncia que la cultura estaba sepultada. De este modo, se forja un acto poético doblemente simbólico, porque representa la siembra de la cultura para que un día vuelva a florecer la creación humana y la libertad de expresión desde el desierto. 

Proyectos vanguardistas se forjaron a fines de los años 80 en Gen de la mano de los socios que eran investigadores, Carlos Espinosa, Carlos Franco y Orlayer Alcayaga fueron precursores en el uso de energía solar, confeccionando cocinas solares, integrando una perspectiva sustentable de la habitabilidad humana.

Se puede ver en Gen, un modelo a escala del atrapanieblas Macrodiamante para captación de agua de camanchaca, similar al modelo expuesto recientemente en París, ambos realizados según las indicaciones del propio Doctor Espinosa, quien hoy en día es reconocido a nivel mundial como el Padre de los Atrapanieblas.

EXPERIMENTACIÓN AGRÍCOLA

Gen ha sido también lugar de experimentación agrícola en la región inicialmente albergó una plantación experimental de Jojoba. El mismo espacio se transforma en el año 2000 en el sector de plantación de las vides. Alrededor de 1000 parras fueron la base para iniciar desde el año 2003 las exitosas vendimias del desierto, donde lxs socixs, amigxs y voluntarixs participan cortando la uva, para después vender la cosecha en una gran fiesta cultural abierta a toda la comunidad antofagastina.

Más recientemente, Gen se ha convertido en escenario para la creación artística, con el Teatro Paisaje, único el mundo, donde una de sus socias Arlette Ibarra, junto a la compañía La Favorecedora, experimentan un nuevo estilo en las artes escénicas desde el desierto, desarrollando dos obras de pleno éxito, como es “La Tierra está Viva” y “El latido del Cosmos”.

La organización emerge desde la adversidad, consolidándose mediante el aprendizaje constante de sus socixs centrado en la convivencia entre las personas, el diálogo, la participación y la autogestión, en una realidad donde hemos visto, por décadas, como en Chile y en Antofagasta se han reducido a la mínima expresión los barrios, las ciudades, las asociaciones, el espacio público, el tiempo y con ello, la participación democrática. Eclipsando lo comunitario ante la soberanía de lo individual y monetario.

TEJIDO SOCIAL

Hoy más que nunca, ante el panorama que vivimos, rebrota la pugna por mantener vivo y fomentar el tejido social compuesto por relaciones de solidaridad, afinidad, cooperación y empatía hacia nuestros congéneres y el medioambiente, frente a la hostilidad de un sistema económico-político que está en su decadencia y en estado agónico, y que no ha traído más que destrucción, contaminación, represión, indolencia por parte de los poderes hegemónicos, con sus relaciones serviles y despóticas.

No fue una casualidad el nombre que lxs socixs fundadores eligieron para identificarse, la palabra Gen en griego alude al origen, el nacimiento, por tanto, un punto de partida, ellxs frente a las dificultades, vieron la oportunidad de generar una alternativa de vida, de formar una asociación solidaria, construyeron un lugar de encuentro, una tribu que comparten con la comunidad antofagastina, en armonía con la naturaleza y que en los tiempos que corren igualmente intenta pervivir. 

Esta no es una fórmula para hacer las cosas, sino que muestra el recorrido de hombres y mujeres que se atrevieron a transitar juntos una época, lo cual puede resultar un hálito de optimismo en estos duros momentos que la sociedad atraviesa. Alentar a las organizaciones comunitarias a no titubear, pues pueden estar muy cerca de transformarlo todo. 

Responder

El contenido de este campo se mantiene privado y no se mostrará públicamente.

Aqui podría estar su imagen. para registrarse, haga clic aquí.

CAPTCHA
Queremos saber si eres una persona y no un robot, por eso responde este siguiente formulario.