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Líderes de Chile: Grandeza, por favor

22 Agosto 2020

Altura, visión y decencia para estos momentos, es lo que fervientemente le pedimos a todos nuestros líderes. Políticos por de pronto, pero también a nuestro empresariado, a nuestros gremios, a nuestros líderes de opinión, rostros y comentaristas profesionales. 

Jorge Dominguez >
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El debate

Prendo la TV, hay un debate sobre los muchos temas candentes que nos acontecen en estos tiempos. En el ring está una de allá, otro del medio y la de acá. Al inicio, todo parecía tranquilo, como si se escucharan y quisieran aprender el uno del otro y construir algo entre todos (para todas y todos nosotros). 

De pronto, como una esquizofrénica y normalizada realidad, el de allá habló y la de acá le dijo taxativamente que no estaba de acuerdo (en su intimidad de acuerdo quizás, pero cumpliendo su rol). Y el del medio, ni tonto ni perezoso, les dijo a ambos y al periodista de turno, que estaban profundamente equivocados. El de allá, habló del éxito del modelo, el del medio de la Concertación y los 30 años de desarrollo, y la de acá de Allende y los crímenes de Pinochet. 

El periodista, apesadumbrado de tal sordo diálogo, embate para poner sentido común y cordura; no obstante, en ese mismo segundo recibe el llamado del sonopronter donde el editor del programa le dice “dales juego, nos está yendo bien”… 

La mamá, el papá y la tía mañosa

  • “Papi, mami, tía mañosa: Nos dieron libre de la cuarentena para hacer un paseo y salir de la casa. Estoy feliz”, dice el niño mayor de la familia.

  • “¿Para dónde vamos?”, arremete la Mamá. “Claramente al lago, ahí vamos a encontrar calma”, se responde.

  • El papá casi sin que termine su esposa de hablar, dice en ese momento incómodo que se había producido: “No, no, no, vamos a subir el cerro, allá realmente se siente uno tranquilo”.

  • La tía mañosa esperó un momento y con fuerza exclamó: “Ustedes siempre con el mismo modelo de paseos, vamos a ir al mar que es más popular”. 

La discusión duró una hora, un día, algunas semanas tal vez. 

El hijo miró con frustración y desconsuelo, mientras la mamá, el papá y la tía mañosa discutían apasionadamente. Entendiendo poco o nada del ilustrado debate, él y sus hermanas veían sólo en su imaginación el anhelo de viajar y divertirse en familia. 

El bus llamado Chile

  • “¿Dónde está el conductor?”, pregunta alguien con fuerza.

  • “Se bajó a comprar una pizza”,  responden desde la parte de adelante del bus.

  • Exaltadamente y escuchando este diálogo, aparece el ayudante segundo a bordo y dice: “No se preocupen, es sólo una pizza y una foto con la gente; viene al tiro”. 

  • Los de adelante con colaciones abundantes y música HD relativizan y dicen: “Vamos bien, es sólo una pausa, pero seguimos la ruta. Por acá estamos bien los del 1%”.

  • Los de al medio, un poco agotados del laburo, pensando en su próximo viaje a Miami, con algo de indolencia levantan la mano en señal de acierto: “Dale, no pasa nada”.

  • Más atrás en el bus, sin meriendas y con bastante frío, las y los comensales se  indignan: “¿En serio? Estamos apurados, cagados de hambre y ustedes muertos de la risa”. 

  • “Vamos para adelante y tiren un par de pancitos para atrás”, dicen los del fondo. 

¿Será posible?

¿Será posible que Hugo diputado en vez de dar explicaciones inexplicables, mejor y decentemente pida disculpas?

¿Será posible que un debate en Chile termine en un acuerdo para todes y no en un titular de LUN o La Segunda?

¿Será posible que uno de acá, aprecie lo que dijo la de allá o el del medio y salga en Twitter como Trending Topic?

¿Será posible que entiendan el papá, la mamá y la tía mañosa que mientras se esfuerzan en sus ilustradas disputas, Chile va a ser mucho más desigual, más pobre, más polarizado, quizás más agresivo y, por cierto, con mucho menos proyecto país? 

¿Será posible que entendamos que el bus es uno y no 3 partes desconectadas, en el que estamos todas y todos?

¿Será posible que dejemos nuestras ambiciones y miserias por el Bien Común?

¿Sería lindo, cierto?

Imagen: Pixabay CC geralt

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