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Autocrítica: Opiniones Extemporáneas de un Concertacionista Confeso Acerca de las Elecciones y su Desenlace

28 Marzo 2010
Los chilenos estaban profundamente descontentos con el funcionamiento interno de la Concertación y los partidos políticos que la componían, estaban hartos de sus cúpulas. Por Claudio Lagos.
Claudio Lagos G... >
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El 12 de Abril se prepara un gran cónclave concertacionista y me aterra la poca autocrítica que he escuchado de mis compañeros de ruta, el título de esta columna es probablemente lo que menos hemos escuchado en este último tiempo y probablemente lo que más debiéramos haber hecho.

Personalmente me considero un hombre relativamente inteligente y por lo tanto No Quiero Volver a Cometer los Mismos Errores.

Los chilenos con gran pesadumbre asistimos el día 13 de diciembre pasado a la muerte de la Concertación, algunos, los más optimistas dentro de los pesimistas (entre los que me cuento), pensamos que podríamos revivir mediante respiración artificial a este difunto, pero el oxígeno se demoró demasiado en llegar, nuestros queridos próceres santiaguinos se demoraron mucho en reaccionar y bueno... el resultado ya todos lo saben.

Hace unos días nos tocó asistir a su entierro en el congreso, este 11 de Marzo no sólo será recordado por el insospechado traspaso de una Mandataria que cuenta con casi el 85% de apoyo a una persona que corresponde precisamente al bando contrario (en el estricto sentido de la palabra), sino que por las características en que se dio,  en medio del pesar por todo lo que ha significado para el país esta tragedia de un terremoto y un tsunami juntos, que aún nos conmociona y que ha pospuesto la discusión política para otro escenario.



Sin embargo, creo necesario tocar ciertos temas, porque, como en toda pérdida, aún existen deudos que se niegan  a aceptar este final, y esgrimen sobre el espíritu concertacionista ciertas tesis casi dogmáticas, que, seamos francos, pocos escuchamos y nadie toma en serio.

Si la Presidenta se retiró con un 85% de apoyo y el propio gobierno de la concertación con un 65% de aprobación, significa que la gente en su gran mayoría no estaba descontenta con el trabajo diario de nuestra coalición, ¿Entonces cuál fue el problema?

Los chilenos estaban profundamente descontentos con el funcionamiento interno de la Concertación y los partidos políticos que la componían, estaban hartos de sus cúpulas y de las mismas caras que hace veinte años eran héroes, pero que se desgastaron con el tiempo, porque no supieron dar un paso al costado, no retirarse a sus casas, pero sí generar una renovación de los liderazgos.

Esto se evidenció  claramente en las primarias, en ellas el único partido que se la tomó  en serio fue el Partido Radical, pero no fue suficiente, no sólo se restringió hasta límites casi ridículos, sino que además ese día a las 9 de la noche, cuando aún no se terminaba el conteo de votos, los tres partidos restantes querían dar por ganador absoluto a su candidato, y obviamente José Antonio Gómez tardó en llegar al recinto porque estaba justamente esperanzado en superar el 40% tope para continuar con las primarias en otras regiones, a esa hora se estaba por sobre el 38%, sin embargo asistió al recinto a declarar al ganador de aquella contienda, y bueno, ya todos sabemos lo que sucedió con un exacerbado Camilo Escalona.

Todo esto terminó  por asquear a muchas personas que históricamente votaron por la Concertación, pero estimaban que era necesario un recambio, esto lo comprendió  rápidamente Marco Enríquez- Ominami, y le sacó todo el lustre que pudo, frente a nuestro candidato electo en una desmejorada primaria, pero sin la contundencia suficiente para superarlo.

Eduardo Frei, es probablemente una gran persona, pero no era el candidato que la gente quería tener en la moneda, se había retirado de su periodo presidencial, en medio de una crisis asiática con un bajo nivel de aprobación y no se guardaban recuerdos gratos de su mandato.

Fue así  que triunfa Piñera, no por sus aciertos o virtudes, sino que por los errores (horrores diría una profesora mía del colegio) que cometimos como coalición y que la llevó a su final.

¿Pero que hacemos ahora, si murió la Concertación?


Como ante toda pérdida ya la hemos llorado suficiente, ahora debemos reconstruirnos y reagruparnos como bloque opositor, ampliar los límites de la coalición, encontrar los temas que nos unen, reencantar a nuestra gente, volver a trabajar en la construcción de redes sociales...

No se trata de volver al gobierno en cuatro años más, se trata de que la gente vuelva a confiar en nosotros y para eso debemos renovarnos.

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