Caminar por algunas calles de Antofagasta, principalmente las céntricas, hace tiempo que dejó de ser un agrado. Al mal estado de las veredas, que nos obligan ir mirando cada paso que damos para no tropezar o doblarnos un tobillo debemos sumar también que mirar hacia arriba tampoco es un agrado.

Esto debido a la gran contaminación visual que provovan cientos de cables, unos casi colgando a pocos metros del suelo, que se desaparraman entre las luminarias de calles como Matta y Latorre por solo nombrar algunas.

Es increible como la riqueza visual de histórcos edificios del centro, se diluye completamente entre esta maraña de cables, tanto de elecricidad, televisión y telefonía.

Hace algunos meses el municipio señaló estar trabajando por la erradicación de este cableado, sin embargo, a juzgar por lo que se puede ver, no ha habido avances.

Si Antofagasta realmente quiere potenciarse como una ciudad de primer nivel, es muy necesario que invierta recursos en cosas como estas, tal como lo han hecho otras ciudades del país, donde todos estos cables han sido erradicados y traspasados bajo tierra entregando una sensación de limpieza visual.

Esperamos que tanto el municipio, en conjunto con las empresas a las que pertenecen estos cables, se pongan de acuerdo y prontamente. 

Ya se está trabajando en la reparación de veredas, esperamos que la eliminación de los cables también pronto sea una realidad.