Condor Moments - …And Though We're Told We've Got It All… (2007)

Condor Moments - …And Though We're Told We've Got It All… (2007)

13 Septiembre 2011

Qué duda cabe a estas alturas de la tremenda escuela que dejó Frank Zappa. He aquí un disco de unos jovencitos que pueden considerarse alumnos adelantados del maestro.

Iván Ávila >
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A veces, uno cree (tontamente) que hay fórmulas que ya están tan probadas, que se agotaron y que es imposible que aparezcan músicos capaces de darle una nueva vuelta de tuerca a géneros o estilos probados y re-probados. Pero aquella incredulidad soberbia, por suerte, es sepultada por muestras de talento que son capaces de tomar aquello tantas veces hecho, no perder la raíz ni el sentido original de la música, y aún así, aportar aires renovados que se plasman en placas que sirven para mirar con emoción y esperanza el futuro de la música alternativa. 

Eso es lo que me pasó cuando me encontré con esta, la segunda producción de los desadaptados chicos de Condor Moments, unos desgarbados jovenzuelos que no tienen vergüenza en homenajear al viejo y querido, tantas veces imitado pero jamás igualado, Frank Zappa (todavía no puedo ver entero el DVD que me compré hace más de un mes. En fin…).

El título del disco completo es And Though We're Told We've Got It All, The All We've Got Is Freezing Cold. Algo ya nos ilumina de la desfachatez con que nos encontraremos en los nueve tracks que forman esta deliciosa placa que si bien toma como base, la ironía y la mezcla de géneros del querido Frank (que por ahí ya hemos visto recreada en otras bandas contemporáneas como Sir Millard Mulch y Jerseyband), no deja de lado la originalidad y aires refrescantes de este cochino nuevo siglo que empapa las composiciones de coros malintencionados, rock, punk, jazz, brutales y sorpresivos cambios rítmicos y estilísticos que no hacen sino dar más sabor a los poco más de 40 minutos que dura este discazo que será del agrado de grandes y chicos amantes del avant garde más heterodoxo e intrincado.

El disco abre con una canción bien groovy, con muchas reminiscencias sementeras, titulada Butlins Rash, cargada a una pesada base en bajo y decorada con un par de disonantes solos de guitarra. En seguida, no encontramos con Palace of Earthly Delights que, en clave de vals, nos sumerge en una de las atmósferas más logradas del disco. El cambio es radical desde que escuchamos la extravagante introducción de Lord Protector, Milk Collector, una especie de balada depravada que deriva en pura sicodelia sementera, con una excelente mezcla de voces femeninas y masculinas que por momentos, se tornan totalmente volátiles en medio de precisos solos de guitarra y secciones de puro avant garde. El siguiente track, Made for Love, es una de las piezas más estrafalarias del disco, donde otra vez abundan las referencias zappianas pero extrañamente retorcidas en medio de armonías sabrosas, secciones absurdamente orquestadas y brutales cambios estilísticos y rítmicos. La breve e improvisada La Borde Basse, abres paso a la desbocada Licquorice Fish Dish, a mi parecer, uno de los dos mejores temas del álbum, con una sección final asombrosa (que hasta nos podría recordar a Red Hot Chili Peppers) y desconcertantes juegos vocales. 

Pasamos luego, a los últimos tres temas de la placa. El primero de ellos, Counterpoint Study, una especie de parodia al new wave que fácilmente nos recuerda las bandas pop frances de la época e incluso a Grace Jones, aunque no demora en convertirse en una pieza tan desfachatada como las anteriores, llena de vigor en base a una exquisita base rítmica en batería y plagada de cambios que dotan de más fuerza a esta composición. En penúltimo lugar, nos encontramos con It's Not What They Want, But What's Good for Them, otra tema en el que reconocemos trazos que parodian estilos musicales más populares, pero que deriva en una apuesta en donde el sabor Zappa es innegable, aunque dotada de sabor propio gracias a melodías y sorpresivos golpes de guitarra que mantienen la tensión. 

Al final, la épica (I Hope) Raymond (Is Still Alive), quizás lo más vanguardista del disco, una mezcla de géneros sonidos y sensaciones que convierten a este magnum opus de siete minutos, en el otro mejor tema del disco; una pieza en constante cambios, que devora sus propios ritmos y sonidos para vomitarlos convertidos en un espectáculo totalmente nuevo, sorprendente y atrapante. 

No tengo mucho mas que agregar, sólo insistir en la recomendación para disfrutar de una de las mejores bandas emergentes del género avant garde… No se arrepentirán y de seguro, les removerá el piso de la misma manera que lo hizo conmigo y con todos los que en tan poco tiempo, se ha convertido en acérrimos seguidores de Condor Moments.